Las plantas vivaces son una estupenda opción para que tu jardín tenga flores todas las temporadas sin demasiado cuidado, ya que son son plantas que pueden vivir más de dos años, y que se marchitan. Unas cuando llega el frío, y otras, cuando llega el calor. Pero a diferencia de otras especies que mueren con las bajas temperaturas o con el calor, las plantas vivaces se mantienen latentes gracias a las potentes raíces. Y al llegar la primavera, rebrotan y florecen con fuerza.
Estas plantas, conocidas también como plantas rústicas, no son nada exigentes a la hora de cuidarlas. Solo necesitan suelos fértiles y drenados, estar ubicados a pleno sol, y y riego regular sobre todo durante la época de floración.
El jazmín es una planta vivaz trepadora que resiste al frío y que puedes cultivar casi en cualquier espacio, siempre que esté en una zona con semisombra, con bastante luz y buen drenaje. Para que resista bien las bajas temperaturas, deberás proteger sus raíces de las heladas con un acolchado de corteza de pino, o con una manta térmica para plantas.
A la hora de regarla, tan solo tendrás una vez a la semana ahora que los meses fríos, y cada dos días durante los meses de calor. Y si le echas un abono orgánico a comenzar la primavera y el otoño, tu planta te lo agradecerá enormemente.
El ciclamen es una de las plantas más populares durante el invierno gracias a su resistencia al frío y a que es muy fácil de cuidar. Además, tiene una amplia variedad de colores, desde el rosa al rojo pasando por el fucsia o el blanco.
Entre las claves para que prospere, el ciclamen necesita estar plantado en un lugar en el que no le dé el sol directo, y evitar que se encharque el sustrato. Por eso, hay que asegurar que esté bien drenado. En verano, con la llegada de los primeros calores, se marchitan las hojas de los ciclámenes y el bulbo queda latente en el suelo hasta el otoño siguiente
El rododendro es otra planta ideal para dar color al jardín. Este arbusto ornamental cuyos fans son legión florece de forma espectacular en primavera. Y aunque resiste bien el frío, deberás proteger sus raíces con una manta térmica de jardín. Tampoco soporta bien el exceso de calor.
Además, necesita luz indirecta (no soporta el sol directo), un buen drenaje y riego abundante (sin encharcar). Si vives en una zona con clima muy cálido, deberías regar incluso dos veces al día: antes de la salida del sol, y cuando atardezca.
El durillo (Viburnum tinus) es una planta muy resistente al frío. Florece entre febrero y marzo, anticipando la llegada de la primavera. Puede vivir en cualquier tipo de suelo, y tanto en zona de sombra como de sol. Tan solo deberás tener cuidad con el riego, ya que no tolera los encharcamientos. Por eso, es importante que le proporciones un buen drenaje.
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