La naturaleza es sabia. Y hasta en los lugares más inhóspitos del planeta surgen formas de vida únicas y maravillosas. En los desiertos del sur de África, nacen los litops, unas plantas suculentas llamadas planta piedra o piedras vivas que se han adaptado para tener tener una apariencia que les permite camuflarse entre las piedras de su entorno con el fin de pasar desapercibidas ante posibles depredadores.
Para conseguirlo, han desarrollado multitud de colores, texturas y dibujos en sus hojas para mimetizarse así con las piedras en las que nacen. Estas plantas no superan por lo general los 2-5 centímetros de altura, y se caracterizan por tener dos hojas acopladas, que forman el cuerpo de la planta.
Estas hojas carnosas les sirven para almacenar agua, y suelen tener forma cilíndrica o cónica. Están divididas por una fisura a través de la cual aparecen las flores. Anualmente, allá por la primavera, nacen dos nuevas hojas, y cuando estas se desarrollan, las originales se secan.
Las flores, nacen en otoño, y tienen forma de margarita. Y solo sale una flor por planta. En algunas variedades son más grandes que la propia planta, y suelen ser de color blanco o amarillo, contando con un ligero perfume.
Una planta muy fácil de cuidar
Los Lithops son plantas de exterior muy fáciles de cuidar. Sin duda, el mayor problema a la hora de cultivarla es el riego, ya que el exceso de agua provoca la putrefacción de la planta. Especialmente peligroso es regarla demasiado en invierno tras la floración, cuando la planta piedra entra en periodo de reposo, pero también en verano. En los meses más tórridos del año, esta planta reduce su actividad vegetativa para sobrellevar mejor el calor.
En este sentido, hay que regar de forma moderada cada tres o cuatro semanas en primavera y otoño, mientras que en invierno, pueden pasar hasta cuatro meses sin ser regadas. Lo mejor es regarlas cuando el sustrato esté completamente seco, y las hojas comiencen a tener arrugas leves, señal inequívoca de que han consumido sus reservas de agua. Además, hay que evitar regar cuando las hojas nuevas están siendo reabsorbidas por las nuevas.
Además, necesitan luz solar (mejor indirecta, sobre todo en las horas centrales del verano) y bastante claridad para evitar que crezcan débiles. Y aunque viven en desiertos, hay que tener en cuenta que hasta que lo necesitan, viven bajo tierra. Por eso, hay que protegerlas del sol directo en los meses de más calor si queremos evitar que se cuezan, ya que en su hábitat natural están protegidos por las rocas.
Respecto a las temperaturas, es una planta que se desarrolla en desiertos y a la que le gusta el calor, pero que también soporta bien las temperaturas más fresca. Hay que tener en cuenta que la planta piedra vive en desiertos extremos de Namibia y Sudáfrica, lugares donde pueden pasar meses sin llover, y donde además de las altas temperaturas durante el día, los termómetros se desploman durante la noche pudiendo rozar los cero grados. Aún así, si hay heladas extremas o durante varios días seguidos, es bueno proteger estas plantas.
Fotografías | Pungu x para Canva.com, Richard Mcall en Pixabay
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