Con el paso del tiempo, las almohadas que usamos a diario para dormir acumulan sudor, restos de productos cosméticos, células muertas y humedad. Y sobre todo, ahora en verano cuando el calor hace que nuestro cuerpo transpire continuamente.
Todo esto acaba provocando de forma inevitable y por mucho cuidado que tengamos aureolas y manchas amarillentas que no solo resultan poco higiénicas, sino que también dan sensación de suciedad. La buena noticia es que, según un experto en limpieza, devolverle a las almohadas su aspecto original no requiere milagros… solo algunos productos que todos tenemos en casa.
El truco definitivo: limpieza profunda en la lavadora con tres ingredientes clave
Según explica este experto en la cuenta de Instagram @bluerest_, el secreto para acabar con las aureolas amarillentas de las almohadas de la cama está en hacer un utilizar tres ingredientes que todos tenemos en casa y dejar que la lavadora haga el resto.
Los ingredientes son tan simples como efectivos: jabón líquido, bicarbonato sódico y agua oxigenada. Esta combinación consigue limpiar en profundidad, eliminar los restos orgánicos y desinfectar al mismo tiempo, sin dañar el tejido de la almohada. Además, el paso a paso es muy sencillo.
- Introduce la almohada en la lavadora. Asegúrate de que hay espacio suficiente para que pueda moverse libremente durante el lavado. Si no son demasiado grandes y puedes lavar dos a la vez, mejor, así equilibras el tambor.
- Añade una cucharada de bicarbonato sódico directamente en el tambor. Este ingrediente actúa como blanqueador suave y neutraliza los olores. Además, ayuda a desprender la suciedad incrustada.
- En el compartimento número 2 del cajetín (el del detergente habitual), vierte un poco de jabón líquido, mejor si es neutro o especial para ropa delicada. Añade también un buen chorro de agua oxigenada, que potencia el efecto blanqueador y desinfectante sin recurrir a productos agresivos como la lejía.
- Selecciona un programa corto, de lavado rápido, con agua templada o caliente, si el fabricante de la almohada lo permite. El calor ayudará a activar los ingredientes y a eliminar bacterias y ácaros. Y como puedes ver, en la fotografía, la almohada ha quedado con un blanco impoluto.
Para acabar, y una vez finalizado el lavado, sécala al aire libre, a ser posible al sol. La exposición solar actúa como desinfectante natural y ayuda a eliminar la humedad más rápidamente, evitando que se formen malos olores o moho.
Fotografías | @bluerest_
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