Así debes cuidar tus plantas de interior: la guía definitiva para novatos

Siguiendo estos consejos tus plantas prosperarán y tendrán una salud de hierro

La guía definitiva para cuidar tus plantas de interior
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Tener plantas en casa es una tendencia al alza. Cuidarlas nos ayuda desestresarnos, y dan vida y un toque natural a cualquier rincón de nuestra casa. Además, las plantas purifican el aire y nos transmiten paz y calma.

El problema es que muchas personas no se atreven porque no tienen tiempo, porque nunca lo han hecho, o porque creen que no tienen mano. Si estás en cualquiera de estos grupos, y de cara al año nuevo quieres dar el paso para tener plantas de interior en casa, no te pierdas estos consejos.

La guía definitiva para cuidar tus plantas de interior

Cómo cuidar las plantas de interior

Para empezar, deberás elegir las plantas más adecuadas, dependiendo del tiempo que tengas para cuidarlas, si viajas mucho, si en tu casa hay mucha o poca luz... Estos factores son claves para conseguir que una planta prospere y crezca saludable.

En caso de que en casa haya poca luz, puedes apostar por especies como el poto o la sansevieria, dos plantas de las que hemos hablado en Decoesfera en múltiples ocasiones. Y si tienes poco tiempo, o viajes mucho a causa del trabajo, deberás buscar especies como la zamioculca, el lirio de paz o unas plantas suculentas.

Elijas la planta que elijas, es importante investigar un poco sobre sus hábitos y los cuidados que necesita para que esté saludable.

Cómo debe ser el riego

El riego es uno de los factores que más preocupa a las personas que tienen plantas. Y en especial, a los principiantes. Nunca se sabe a ciencia cierta si es el momento de regar, si nos hemos pasado, si nos hemos quedado cortos...

Y esa preocupación no es para menos, ya que en muchas ocasiones, las plantas mueren por falta de agua, pero también por exceso. De hecho, son muchas las especies que se pudren con los encharcamientos y con el exceso de agua.

A la hora de regar, además de intentar conocer las necesidades de cada especie, es importante comprobar la humedad del suelo antes de regar. Lo más fácil es meter un dedo en el sustrato, y si el suelo está seco en profundidad, hace falta regar. Ten en cuenta que hay especies como los cactus que necesitan que el sustrato esté completamente seco, y otras que por contra, deben tener el sustrato ligeramente húmedo.

Respecto a la frecuencia de riego, esta variará dependiendo de la planta, pero también de la época del año e incluso de las condiciones ambientales de tu casa. En este sentido, las plantas suelen necesitar menos agua en invierno, cuando están en reposo y la temperatura es menor, que en verano. Incluso hay plantas que necesitarán que reduzcas el riego al mínimo.

Si hablamos de la cantidad de agua, lo mejor para una gran parte de las plantas es que hay que regar hasta que el agua comience a salir por los orificios de drenaje situados al fondo de la maceta. Además, es recomendable retirar ese agua que queda en el plato bajo la maceta para evitar que las raíces se pudran.

No te olvides de evitar regar con agua demasiado fría. Y si dejas reposar el agua durante la noche para que el cloro se difumine, mejor que mejor.

Junto con riego, los otros grandes factores que pueden influir para que tu planta se desarrolle correctamente son la iluminación y la temperatura. Por eso, encontrar la ubicación adecuada es clave.

Como regla general, deberás colocar tus macetas cerca de una ventana para que puedan recibir luz abundante, pero indirecta. Debes tener en cuenta que los rayos del sol directos pueden quemar las hojas de muchas especies.

Respecto a la temperatura, es importante no colocar las plantas cerca de radiadores y de fuentes de calor, evitando exponerlas además de corrientes de aire frío. Los cambios bruscos de temperatura suelen ser nocivos para tu planta.

También es importante fertilizar las plantas de forma regular para reforzar su crecimiento y aportar esos componentes que la planta necesita para prosperar. En este sentido, la mayor parte de las plantas de interior deben ser fertilizadas durante los meses de crecimiento, en primavera y verano. 

Y lo mejor es utilizar un fertilizante líquido que se disuelve en el riego, para que la planta lo absorba rápidamente. 

Fotografía | Freepik, Freepik

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