En la vida cotidiana, hay muchas cosas que podemos reutilizar y darle un nuevo uso. Y no hablamos solo de reutilizar una botella de cerveza usada para hacer un dispensador de jabón, o crear una cesta para guardar toallas utilizando rollos de papel higiénico. Estamos hablando de gestos muchos más fáciles, y que además, pueden servirnos para mejorar la salud de nuestras plantas.
En este sentido, ya hemos visto cómo los posos de café son un abono perfecto para plantas como las orquídeas. Pero seguramente no sabes que también podemos reutilizar el agua de cocinar unos huevos duros o pasados por agua y ahorrarnos algo de dinero.
Cómo reutilizar el agua de cocer los huevos
Cuando cocinamos huevos duros o pasados por agua, solemos tirar por el fregadero el agua de la cocción. Y eso, es un error, ya que supone perder un recurso precioso para nuestras plantas de interior.
¿El motivo? El agua de cocer los huevos es rica en nutrientes, y puede ser un excelente fertilizante natural. Si lo pensamos, tiene su lógica: al cocinar los huevos, las cáscaras liberan nutrientes muy valiosos para las plantas. Entre ellos, además del calcio, destacan el potasio y el magnesio, junto a algunas proteínas.
Todos estos nutrientes son importantes para el desarrollo de las plantas, y pueden ayudar a que crezcan tanto las raíces como los tallos y las hojas. Además, también contribuyen a que la planta sea más resistente a las enfermedades.
Para utilizar el agua de cocer los huevos hay que seguir una serie de recomendaciones si no queremos dañar las plantas. La primera recomendación es evidente: dejar enfriar el agua de la cocción si no queremos escaldar las plantas, ya que regar la planta con agua caliente o tibia podría dañar las raíces.
Por otro lado, debemos asegurarnos de que el agua no está salada. Si echaste sal al agua de la cocción, no hay que usarla, ya que la sal puede dañar el sustrato y secar las plantas.
Una vez que el agua se haya enfriado, puedes utilizarla para regar las plantas de interior. Lo recomendable es usar este tipo de agua una vez al mes, alternando el uso del agua resultante de la cocción de los huevos, con agua corriente o con otro tipo de fertilizante natural.
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