En 1908, Adolf Loos escribía el ensayo “Ornamento y delito”; una dura crítica a la decoración gratuita de los objetos cotidianos en la que el arquitecto austríaco afirmaba también que, en el futuro, el hombre sería capaz de librarse de algo que el consideraba “una carga para la sociedad”. Lamentablemente, eso aún no ha sucedido.
Más de una vez, de visita en el piso de algún amigo, me he encontrado con vigas imitando madera en el techo del salón, con las molduras de las puertas decoradas como si fueran pilastras dóricas y en algún caso extremo, un falso pilar imitando forja porque “le da un aspecto de loft”.
En ese momento, todos los esfuerzos del movimiento moderno por dotar a la arquitectura de un lenguaje libre de las ataduras del ornamento se desmoronan ante mis ojos mientras trato de explicar porqué considero que el ornamento es delito.
Hoy en día, el ornamento, en aquellas cosas que gracias a la evolución pueden privarse de él, significa fuerza de trabajo desperdiciada y material profanado. Si todos los objetos pudieran durar tanto desde el ángulo estético como desde el físico, el consumidor podría pagar un precio que posibilitara que el trabajador ganara más dinero y tuviera que trabajar menos.
Sinceramente, no podría sintetizar mejor lo que opino. Es algo banal, un añadido inútil que tan sólo aumenta el coste y no el valor.
Creo que es necesario despojar a los objetos de todo aquello que no cumple función alguna en ellos, llegar a la esencia misma de su uso y entonces podremos apreciar su verdadera belleza. Todo lo que se añada a eso no sólo lo encarece, sino que oculta su razón de ser.
Como el ornamento ya no pertenece a nuestra civilización desde el punto de vista orgánico, tampoco es ya expresión de ella. El ornamento que se crea en el presente ya no tiene ninguna relación con nosotros ni con nada humano; es decir, no tiene relación alguna con la actual ordenación del mundo.
Las vigas de madera en una casa antigua o los pilares de forja en una nave industrial tienen una misión, sustentar el techo que nos cubre, son bellos porque se muestran como son; y eso no se puede imitar.
Intentar recrear las sensaciones que nos producen en ámbitos que no les corresponden es algo que carece de sentido si se analiza de una forma racional.
De todas formas, no hay que confundir la ausencia de ornamento con la renuncia a la decoración. Decorar es algo mucho más complejo y profundo, responde a una función y una necesidad, juega con la luz y el espacio. No se trata de vivir en casas de paredes desnudas y muebles austeros, sino tan sólo de librase del ornamento gratuito, el que oculta la realidad material de las cosas y no nos permite ver su hermosura.
Más información | Ornamento y Delito en la revista Contratiempo
En Decoesfera | Muebles de arquitectos: Le Corbusier
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8 comentarios
alvos
Aun estando de acuerdo en que todo lo que no aporta valor debe ser suprimido, la utilización de vigas decorativas en espacios actuales, buhardillas como citáis, bodegas ... incluso fusionadas con ambientes industriales y funcionales, además de convertirse en un híbrido interesante, es una tendencia que cobra cada vez mas sentido. Os invitamos a ver algunos trabajos en nuestra web.
www.alvosinteriorismo.com http://alvosinteriorismo.blogspot.com
davor
Pues yo tengo una vigas de esas de imitación, peeeero, las tengo tapando las vigas originales que eran imposibles de restaurar, las tuve que tratar con antipolillas y esas cosas y despues las cubrí con las artificiales y queda de lujo.
alvos
Iván, estamos de acuerdo con tus anotaciones y por supuesto lo primero que hay que respetar es el gusto del cliente. Hemos querido hacer un post en nuestro blog al respecto donde puedes ver nestro trabajo en un sótano y las ideas que ahí se desarrollaron. Gracias por tu momentario.
http://alvosinteriorismo.blogspot.com
yibia
Me encanta la simbiosis entre antiguo y nuevo se consiguen ambientes esquisitos en interiorismo. En arquitectura particularmento no me gustan las fachadas lisas como en el grotesco románico, ni acristaladas en su totalidad, olvidando uno de los objetivo de la arquitectura "una tercera piel que sea confortable", me gusta lo orgánico, lo que pide el sito, lo que sale del lugar, lo que crea el propio ambiente, ubicado en este siglo. Respeto lo que Loos defendió en su momento, pero, los arquitectos diseñan espacios confortables, y quien mejor para saber lo que es comodo, sino la persona que habita la vivienda??, si las personas que viven en el edificio tema de debate de Loos pusieron jardineras por algo será no?? siempre que la petición sea lógica y coherente, no se debe sacrificar habitabilidad por diseño, a nadie le agrada que le "arruinen" el diseño pero de igual modo hay que ser ante todo humanos. Ahhhh y por que no hacer un nuevo tratado de "ornamento y delito"? ese es de 1908 no creen??
yibia
¿Qué es la estética? para mi es el equilibrio justo de lo exacto y con esto digo que el ornamento debe estar muy bien justificado pero debe existir sino se tendrin que derribar muchos edificios iconos de la arquitectura. Con lo de escribir un nuevo tratado de "Ornamento y delito" quiero decir no que exactamente se llame asi ni que se hable de lo mismo sino que se le de un enfoque diferente visto desde nuestros dias ahhh y el raumplan es una de las cosas que me encantan de Loos. Saludos XOXO
minue
En tu caso Davor, es completamente lógico, el aspecto de las originales estaba muy deteriorado y decidiste mejorarlo, pero las vigas están ahí. Tu techo sigue siendo un techo de vigas de madera.
Por cierto, no olvides retirar las vigas de imitación de vez en cuando para comprobar el estado de las originales, ten en cuenta que forman parte de la estructura y las polillas devoran la madera, por lo que puede afectar a su capacidad portante y darte un disgusto. Un síntoma muy claro es si empiezas a ver montoncitos de serrín en el suelo o acumulado en los embellecedores, y es grave si notas que la viga empieza a doblarse.
En caso de duda, haz que un arquitecto visite tu casa para que le eche un vistazo, la seguridad es lo primero.
minue
Bueno Yibia, hay cosas en las que coincido contigo y otras en las no.
Estoy contigo que la estética no debe sacrificar la funcionalidad, y que el arquitecto debe diseñar espacios confortables. Pero es que eso es precisamente lo que defendía Loos, una arquitectura libre de ornamento y ataduras que pudiera dedicarse enteramente a las necesidades del usuario. De hecho, Loos es recordado también por su "raumplan", un sistema de distribución en el que cada estancia tenía una altura diferente según su uso, de forma que las sensaciones que generara fueran acordes con lo que se hacía en ellas.
En cuanto al asunto de quién sabe más lo que le conviene que el propio inquilino, se trata de un debate que viene de lejos. Yo siempre digo que el arquitecto debe conocer las necesidades e inquietudes del cliente, y diseñar para él y no para si mismo. Pero lo que uno cree que quiere y lo que uno quiere de verdad no es siempre lo mismo, la labor del arquitecto es descifrar todo esa información y convertirla en un espacio en el que el usuario sea feliz, aunque no fuera lo que tuviera en mente.
Por último, te preguntas porque no hacer un nuevo tratado de "Ornamento y Delito". Quizás la mejor respuesta sea otra pregunta ¿Crees que deberíamos reescribir "el mito de la Caverna" de Platón o "el tratado de Vitruvio"? Son muchos más antiguos y siguen considerándose vigentes. Obviamente no hay que tomar todo al pie de la letra, pero el mensaje sigue siendo totalmente válido.
Muchas gracias por comentar.
todo en un dia
Hola Alvos, la verdad es que no he mirado muy bien tu pagina, mas tarde la mirare, lo único que queria comentar que a mi no me gustan las vigas decorativas y otros elementos similares, y no porque no queden bien en según que ambientes, si no que las encuentro siempre muy falsas, creo que aún no he encontrado vigas decorativas que se parezcan algo a la realidad.
Entiendo que hay a gente que le guste y incluso que en según que ambientes quedan bien, pero las encuentro tan tan falsas, se nota demasiado que no son reales, por lo tanto yo nunca las colocaria.
Saludos