Por lo general, las cocinas que tienen más de diez años, son bastante feas. Antes, no se tenía tan encuentra la estética, y lo fundamental para una cocina era que el espacio de almacenamiento y la zona de trabajo fueran lo suficientemente grandes como para cocinar con tranquilidad, espacio y amplitud.
Sin embargo, en una actualidad que mira por la belleza y la decoración de interiores a la par de la practicidad de la cocina, es fácil caer en la rueda de 'odiar' tu cocina. Por suerte, existen soluciones bastante rápidas y económicas, que dan el pego, y además no necesitan obras para cambiar de aires el aspecto de tu cocina.
Un cambio radical por menos de 100 euros
La cocina era pura nostalgia noventera, pero no en el buen sentido. Su propietaria (@millieroscoe) lo tenía claro, no soportaba la encimera de granito oscura ni el caos visual que provocaba la falta de almacenamiento. De este modo, la solución no fue más que una reforma sin obras, creativa y con resultados sorprendentes.
Las cocinas de los años 90 destacan en el mal sentido por materiales oscuros, encimeras robustas que pesan visualmente y una distribución poco funcional. En este caso, el granito era el protagonista absoluto, acompañado de unos armarios que no aprovechaban bien el espacio.
El cambio más llamativo ha sido cubrir la encimera de granito con papel pintado adhesivo imitación madera. Un recurso low-cost y sin obras, pero que transforma completamente la percepción del espacio. La textura cálida y natural del nuevo acabado aporta luz, armonía y un toque escandinavo que suaviza toda la estancia.
Este tipo de papel, especialmente diseñado para superficies de cocina, es resistente al agua, fácil de limpiar y se instala sin herramientas especiales, nada más que una paleta par asegurar su fijación sin aire ni burbujas entre medias.
El segundo gran acierto fue introducir un carrito de almacenamiento multifunción. Colocado estratégicamente en un rincón antes desaprovechado, ahora organiza fruta, pan y pequeños utensilios de uso diario. Esta pieza, además de práctica, suma carácter a la cocina gracias a su diseño industrial y ruedas para moverlo con facilidad.
Para completar el glow up, la propietaria añadió pequeños elementos decorativos, puntos de luz artificial debajo delos muebles de la enciemera y textiles coordinados en tonos neutros. Todo en clave natural y funcional. El resultado es una cocina con alma, luminosa y acogedora, sin necesidad de tirar un solo azulejo.
Fotografías | Vía @millieroscoe
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