Cuando parecía que todo estába inventado en cuanto a caminos de jardín, llega Steve y alumbra una idea como esta, en la que una zona de paso se convierte en la protagonista absoluta del jardín, llamando la atención con su combinación de materiales y formas.
Así se ha resuelto la senda que lleva desde la entrada del jardín hasta la zona de estar, situada sobre una tarima de madera de exterior. Concebido para dar continuidad a esta, el camino se estructura en cuatro rectángulos que salvan la leve pendiente a la vez que aportan movimiento, destacando sobre la superficie uniforme del césped.
Las pisadas se soportan sobre unas sólidas losas de piedra enmarcadas en una estructura de madera, rellenando el espacio entre ambos elementos con unos cantos rodados. Los cuadrantes se entierran en el firme, allá donde la pendiente lo exige, y el camino va subiendo así sin apenas notarse.
Quizá no sea el pavimento más cómodo para pisar sobre él, ya que los pequeños peldaños parecen irregulares y la diferencia de texturas puede que no aporte demasiada estabilidad, pero solo son conjeturas ya que no hemos tenido la oportunidad de probarlo.
Pero estéticamente parece una buena baza, muy original y con un cierto toque Zen. El contraste de colores entre los guijarros grises, las losas blancas y el marco de madera aporta un carácter muy acertado al conjunto.
Vía | Apartment Therapy
En Decoesfera | ¿Un jardín sostenible?
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