En muchos hogares, el recibidor sigue siendo un espacio al que no se le presta demasiada atención. Se vive como un simple paso entre la calle y el resto de la casa, cuando en realidad es la primera impresión que se llevan quienes entran o incluso quienes solo llaman a la puerta.
Además, suele ser una zona en la que el desorden aparece con facilidad: zapatos que se quedan por medio, mochilas y abrigos que se acumulan, llaves que nunca están donde deberían o la correspondencia pendiente. Por eso merece la pena pensar bien cómo tenerlo organizado y agradable desde el primer vistazo.
La entrada de un hogar debe cumplir dos objetivos, por un lado un diseño cuidado que represente al resto de la casa y por otro, que sea lo más práctica posible.
Su tamaño y el del resto de la casa nos condicionaran este diseño, de forma que en ocasiones, nos veremos obligados a sacar todo el rendimiento posible a sus escasos metros (como en la imagen de portada).
Cómo es la entrada ideal
Si tuviéramos que diseñar el recibidor ideal, este debería tener un gabanero o armario para guardar los abrigos al entrar o salir de la casa, un zapatero, un espejo para poder revisar tu estado antes de salir, una consola para poder vaciar los bolsillos e incluso, un pequeño banco que sirviese de descalzador. Y para dar u toque verde, una planta puede ser el complemento perfecto.
Pero cumplir todos estos requisitos puede ser un reto. Sobre todo, cuando la entrada es poco más que parte del pasillo que distribuye la casa o apenas cuenta con una pared por lo que cumplir todos los requisitos se convierte en misión (casi) imposible.
Consejos para decidir qué vale la pena
Antes de comenzar a decorar, observa el espacio disponible: si es pequeño, prioriza funcionalidad + muebles compactos / multifuncionales. Si puedes permitirte más metros, apuesta por equilibrio entre utilidad y estética: mezcla decoración con almacenaje.
Ten en cuenta también la articulación con el resto de la casa: la entrada debe “dar pistas” del estilo general del hogar. Para acabar, no tengas miedo de usar color, textura, plantas o iluminación personalizada: estos detalles hacen que la entrada deje de ser un simple pasillo y se convierta en un espacio con identidad.
Entrada pequeñas y prácticas
Para decorar y amueblar este espacios estas ideas te pueden servir de ayuda:
- Usa muebles de doble uso como un banco zapatero, en el que descalzarte a la vez que poder dejar en su interior los zapatos y zapatillas.
- También el zapatero aparador. Los muebles zapateros con poco fondo se convierten también en la repisa para vaciar los bolsillos. Lo mejor es colocar una repisa de otro material como la piedra, cemento o madera sobre el zapatero.
- Los colgadores o percheros sustituirán los armarios.
- Los percheros también se colocaran a baja altura, y a la medidas ideal para dejar bolsos, las mochilas o las chaquetas de los más pequeños.
- Baldas o repisas serán tus aliados.
- Para no renunciar del todo a la estética intenta colocar un cuadro o un espejo grande (lo más grande que se puede teniendo en cuenta el espacio disponible). Dará personalidad a la entrada y se convertirá en un punto focal que desviará la atención de los percheros o la ropa colgada.
Entradas de mayor tamaño
En estos casos se puede priorizar un poco más el diseño.
- Podrás lucir un aparador bonito sobre el que colocar una bonita lámpara de mesa, un jarrón lleno de flores o alguna planta. Si tienes dudas a acerca de cómo decorar el aparador apuesta por la simetría.
- Un banco largo en lugar del aparador y un gran espejo o una obra de gran formato dará importancia al espacio.
- Crea una mini galería personal: Si te gusta el arte o la fotografía, dedica una pared a cuadros, fotografías o ilustraciones. Esto transformará tu hall en una carta de presentación con personalidad.
- Zona “capa exterior / interior” bien organizada: Si guardas abrigos, paraguas o bolsos, piensa en una estructura lógica (percheros, cestas, sitio para zapatos) que permita tener siempre la entrada ordenada, evitando sensación de caos.
- Iluminación con capas: En lugar de una luz general, combina lámparas de pie, apliques de pared o lámparas sobre un mueble con el fin de crear una ambiente cálido.
- Texturas y color en vez de blanco plano: Pintar con tonos suaves (como verde salvia o un terracota claro) o aplicar papel pintado en una pared puede aportar calidez y carácter, sin sobrecargar.
- Plantas y detalles naturales: Una planta alta en una esquina, pequeñas macetas sobre la consola o jarrones con hojas aportan vida y frescura. Este toque natural ayuda a suavizar la entrada y hacerla más acogedora (y da sensación de espacio).
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