Cuando una puerta o ventana corredera deja de enganchar bien el pestillo, el problema suele deberse a un simple desajuste en el mecanismo de cierre. Lejos de requerir obras o una intervención profesional, este inconveniente puede resolverse en pocos minutos con una llave Allen y un poco de precisión.
En este contexto, Salva (@reformaymas) experto en obras y reformas, comparte un método sencillo y efectivo para que cualquier persona pueda devolver el cierre perfecto a su corredera sin complicaciones, sin hacer obras y sin ayuda inminente de un profesional.
El problema de las puertas y ventanas correderas
Habitualmente, la causa de que una corredera no cierre correctamente está en la falta de alineación entre la pestaña de la hoja móvil y el soporte del marco. Si ambos puntos no coinciden exactamente a la misma altura, el pestillo no llega a enganchar y la puerta queda suelta, lo que genera molestias, inseguridad e incluso pequeñas corrientes de aire.
Para solucionarlo, primero conviene entender la ubicación de los dos elementos clave: el mecanismo de cierre que va alojado en la propia puerta o ventana y el soporte del marco donde este debe encajar. Ambos se ajustan con una llave Allen, lo que facilita enormemente el proceso.
El primer paso consiste en regular la pestaña de la corredera. En el lateral de la hoja encontrarás un pequeño agujero, ahí es donde debes introducir la Allen. Girando suavemente hacia un lado u otro, podrás hacer que la pestaña salga más hacia afuera o se retraiga hacia adentro, según lo que necesite tu cierre.
Este ajuste determina la profundidad con la que la puerta engancha en el marco, por lo que conviene hacerlo con cuidado, probando el cierre tras cada pequeño giro. Una vez regulado el mecanismo de la puerta, llega el momento de ajustar el soporte del marco.
En el perfil que queda fijado a la pared verás otro orificio destinado al mismo tipo de llave. Allí podrás subir o bajar la pieza que recibe la pestaña de la corredera. La clave es lograr que ambas partes queden exactamente a la misma altura para que encajen sin resistencia.
Aquí entra en juego un truco muy sencillo que Salva utiliza siempre: “Yo marco una rayita justo a la altura donde llega el mecanismo de la puerta”. Con esa pequeña referencia visual, al acercar la puerta al marco resulta mucho más fácil saber dónde debe colocarse el soporte para asegurar un cierre perfecto. Una vez realizados ambos ajustes, solo queda comprobar el resultado.
Imagen de portada | Bea Rodríguez | Vía @reformasymas
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