Nacho Viñau Ena
CoordinatorEn España reina el feísmo. Y no solo existe en Galicia, donde acuñaron un término para llamar a esos edificios que además de feos, son incoherentes con el medio que les rodea y destruyen y afean el paisaje urbano. Ejemplos hay por toda España.
En ciudades como Zaragoza o Valladolid, ves auténticas maravillas de la época renacentista o de estilo modernista, junto a edificios que hacen llorar de lo feos que son. Es el sino de gran parte de nuestro país, donde una mal entendida modernidad y la falta de respeto por el pasado han dado como resultado ciudades llenas de parches con edificios horripilantes junto a joyas del pasado.
El problema es que lo de destruir y construir edificios feos no es cosa del pasado. En estos momentos se sigue apostando por una arquitectura que no respeta demasiado el pasado y que podría estar en cualquier ciudad peninsular. Como ejemplo, el arquitecto Fernando Caballero Mendizabal, director de Oficina de Arquitectura Urbana, ha elaborado un ranking de los edificios más feos de España. Y en este listado no hay desperdicio.
El edificio más feo de España está en San Sebastián
Este arquitecto ha situado en San Sebastián el que cree que es el edificio más feo de España. Y en esta decisión influye el diseño del inmueble, pero también el lugar donde se ha construido, y lo que supone al sustituir un antiguo edificio de interés histórico artístico.
Se trata del Edificio Olatua, un inmueble que podría entrar dentro de la categoría de edificio cebra, y que se construyó sobre las ruinas del Miracruz. Su construcción, sustituyendo a un edificio de alto interés artístico, lo ha convertido en protagonista de un debate sobre arquitectura, estética y urbanismo.
El Edificio Miracruz era un inmueble antiguo de San Sebastián, con sus orígenes en una construcción proyectada en 1888 por los arquitectos Miguel Irastorza y Adolfo Morales de los Ríos, que en su origen tenía una estructura con cabeza de manzana de forma triangular y cinco plantas altas. Con el paso del tiempo, su fisonomía se transformó significativamente, generando múltiples polémicas sobre su estética, su integración urbana y su valor patrimonial.
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La plataforma vecinal SOS Miracruz 19 plantó cara durante meses para intentar frenar el derribo del inmueble, que finalmente desapareció en 2017. Al año siguiente, el nuevo edificio estaba construido. Su nominación como “el más feo” de España conecta con la misma sensibilidad crítica: la preocupación por edificios que desentonan, que descontextualizan la ciudad o que generan rechazo estético sin aportar nada a la escena urbana, en este caso, donostiarra.
El resto de edificios de este ranking de los edificios más feos de España
Además del edificio de San Sebastián, el listado elaborado por Fernando Caballero Mendizabal se conforma con tres edificios madrileños, tres catalanes, dos en Asturias, uno en el País Vasco y otro más en Castilla y León.
En el puesto número dos aparece la Torre Titania en Madrid. Según Caballero, no hay “nada que salvar”: la considera una versión “mastodóntica y desproporcionada” del edificio que seleccionó como primero.
El Centollu, el Palacio de Congresos de Oviedo ocupa el tercer puesto. El arquitecto lo defino como fuera “una nave alienígena” posada en el centro de la ciudad, una metáfora de “dominio colonial” sobre los habitantes, por su aspecto totalmente disonante con el entorno.
El centro comercial Arenas de Barcelona, construido dentro de la antigua plaza de toros de la capital catalana, ocupa el cuarto puesto del ranking. En este edificio, Caballero critica la técnica del “fachadismo”: conservar la fachada histórica de la antigua plaza de toros y reconstruir por dentro, lo que en su opinión produce un efecto “cómico” y “circense”, más propio de una atracción que de un edificio coherente.
El hotel Fira, en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), está en el quinto puesto del ranking de edificios más feos de España. Para el arquitecto que ha elaborado este ranking, el hotel representa el culmen de la arquitectura “ameba deconstructivista”: un “zurullo gigante” que rompe con cualquier canon de belleza, contrario a la armonía de su contexto urbano.
Uno de los principales nodos de transporte de Madrid también está en el ranking. En este caso, en el sexto puesto. Se trata de la Estación de Chamartín, que precisamente en este momento, está inmersa en unas obras interminables. El autor del listado la define como “un edificio duro e inhóspito”.
Las Torres de la plaza del Marqués de Gijón aparecen clasificadas en el puesto siete. Para el arquitecto, estas torres asturianas forman parte de las “infraestructuras hirientes” en su entorno urbano, un ejemplo más del error urbanístico que se suele cometer en nuestro país.
La sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña, construido en Barcelona en 1962, ocupa el puesto número 8. Caballero la considera una desubicación del “desarrollismo franquista”, un intento fallido de emular corrientes arquitectónicas foráneas.
El edificio de la plaza Santa Teresa en Ávila, construido en 2003, está en el puesto 9. Para el arquitecto, este edificio simboliza el desprecio por el contexto histórico: una obra desarrollista que contradice por completo la escala y el entorno de una ciudad tan patrimonial como Ávila.
Para cerrar el listado de los edificios más feos de España, en el puesto 10 aparece El Ruedo, un edificio “duro” para sus habitantes que es un claro ejemplo de “despotismo ilustrado contemporáneo”. Estructuralmente es firme, pero estéticamente es opresivo e incomprendido.
Fotografía de portada | Garbayo Chivite
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