He de reconocer que hasta ayer, la reconocida editora y fotógrafa de la revista de estilo Vogue (y también parte de la alta alcurnia neoyorquina) era una auténtica desconocida para mi. Así que antes de que se me olvide su nombre de nuevo, voy a aprovechar para enseñaros en Casas de famosos el apartamento de Lauren Santo Domingo en Nueva York.
Ya os aviso que la decoración es de lo más stylish, cool y supermegafashion, lo más in del momento vamos, así que no esperéis encontrar nada sencillo y elegante, sino más bien algo bastante recargado, mezcla de muchos estilos y adornos por doquier, aunque ciertamente acogedor, para que negarlo.
En fin, dejémonos de chácharas y vayamos a cotillear su casa ahora que nos ha abierto sus puertas.
Sobre estas líneas, la imagen del salón, que es un fiel reflejo de esa mezcla de estilos de la que os hablaba.
En primer plano, tenemos una mesa negra brillante con remates en dorado, sobre la que descansan multitud de plantas en macetas y jarrones de plata (o al menos, plateados) y que podríamos clasificar, no sin riesgo, de estilo contemporáneo.
En la zona del sofá toma gran protagonismo otra mesa de centro, tallada de una gran pieza de madera que parece ser una antigua viga y sobre la que también encontramos jarrones y otros ornamentos plateados. En esa zona el estilo es más bien rústico.
Al fondo hay dos butacas, un reposapiés y una mesa auxiliar que corresponden al estilo conocido como space age, propio de los 60 y los 70, y que terminan de rematar el batiburrillo decorativo que es el salón con la ayuda inestimable de los taburetes dorados que hay tras la primera mesa y la inquietante escultura de un perro a tamaño natural, por no hablar del cráneo de chupacabras no se muy bien qué animal amenazante que hay sobre la mesa de madera.
Por si no había ya suficientes animales en el salón, lo que aparenta ser una escultura de un hipopótamo resulta que es un minibar, al que se accede tras despellejar al pobre paquidermo por doquier. Eso sí, no le falta detalle al animalito, hasta hay una bandeja para los aperitivos situada en la boca, aunque yo no me atrevería a meter la mano para coger un cacahuete.
Tampoco conviene pasar por alto el detalle del trozo de barrera policial que hay apoyado en la pared al fondo, en el que reza la conocida frase “police line, do not cross”, y que debe de ser un objeto de coleccionista o con algún valor para ella, pues está colocado en un lugar muy visible, sin encajar mucho con la decoración (aunque bueno, en realidad, todo encaja).
Los cuadros que decoran las paredes tampoco es que sean discretos precisamente, y realzan un estilo que, si no fuera porque es la casa de Lauren Santo Domingo, diríamos que kitsch, y eso siendo benévolos.
Antes de detener mi paseo por hoy y dejaros con ganas de más (aún queda por disfrutar de su despacho, el baño y alguna sorpresa más), voy a comentar un par de cositas más, para que no se diga.
En la imagen podéis ver la librería que ella denomina “de préstamo” y en la que, además de un montón de libros ordenados perfectamente para demostrar la existencia de la entropía, podemos encontrar, atención, un banderín del mismísimo Real Madrid C.F., que en Nueva York debe de ser lo más de lo más, porque si no, no me lo explico.
También vemos unos altavoces retro para el iPod e iPhone de los que hablamos aquí hace poco y, como no, otro perro, esta vez con aspecto más afable e inmortalizado con piezas de Lego por la artista Nathan Sawaya.
Dicho esto, me retiro a descansar a mis aposentos para meditar un poco y así volver con fuerzas para escribir la segunda parte de Casas de famosos: el apartamento de Lauren Santo Domingo.
Vía | Trendencias
Más información | Vogue
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