A nada que tengamos un poco de inquietud por todo lo que sucede alrededor nuestro con el tema del cambio climático, nos surgen multitud de preguntas sobre el futuro y sobre cómo viviremos (o sobreviviremos si se cumplen las predicciones más pesimistas) dentro de unos años
¿Cómo afrontarán las ciudades, los barrios y los hogares los retos que nos plantea la sociedad del futuro y la emergencia climática que estamos viviendo? ¿Cómo solucionaremos el problema de los residuos, y en particular, del plástico? Son muchas las dudas que se plantean, y muchos los científicos, diseñadores, arquitectos o empresas que están trabajando para hacer frente al desafío que nos va a tocar vivir.
Madrid Design Festival, quiere dar respuesta a estas y a otras muchas preguntas con la exposición 'El hogar del mañana. ¿Cómo viviremos en 2030?'.
La exposición, que ha abierto sus puertas este viernes 7 de febrero, permanecerá abierta hasta el martes 11 de febrero en el icónico Palacio de Santa Bárbara, un espacio excepcional del centro de Madrid que se ha reconvertido para hacia dónde debemos caminar para afrontar el problema de la sostenibilidad.
La exposición, creada por Ikea junto con el artista Luis Úrculo y bajo la asesoría de los arquitectos Inmaculada Maluenda y Enrique Encabo, no pretende ser un simple planteamiento teórico. Con la muestra, Ikea quiere convertirse en un agente de cambio en un escenario propicio para el mismo, ya que como dato a tener en cuenta, el 40% de las áreas urbanas del 2030 todavía no sea han planteado, y por lo tanto, todavía se puede diseñar y actuar sobre ellas para conseguir que sean sostenibles, pero también amables con sus habitantes.
De forma artística y conceptual, los responsables de la expo han tratado de reflejar los proyectos en los que Ikea está trabajando junto a su laboratorio de investigación Space 10 o la inmobiliaria Ikano Bostad, entre otros patners.
Cómo afrontar los retos de la sociedad actual
Aprovechando la propia estructura del Palacio de Santa Bárbara, la muestra se divide en dos partes. En la planta baja del edificio, se relatan los retos a los que se enfrenta la humanidad en este comienzo del siglo XXI en relación a la vivienda y el entorno.
Estos retos se han aglutinado en tres campos de análisis que ayudan a integrar las propuestas en las que está trabajando Ikea: tecnología, población y sostenibilidad. Para facilitar el mensaje, Úrculo ha dotado a las estancias de la planta baja de una buscada oscuridad, con proyecciones a oscuras para introducir a los visitantes en la realidad del presente. Una oscuridad que puede ser un tanto desalentadora si no actuamos de manera rápida.
Cada una de las tres habitaciones de la planta baja le sirven al artista para hacerse una serie de preguntas utilizando distintos recursos audiovisuales, en relación a la necesidad de repensar los procesos de fabricación y producción energética para atender las necesidades de la creciente población sin contribuir al calentamiento global (hay proyecciones que afirman que en 2050 viviremos en la Tierra 9.600 millones de personas, y para alimentar esa cifra, se necesitarán el equivalente a tres planetas para mantener el estilo de vida actual).
En la muestra también se reflexiona sobre los residuos que generamos de forma continua, con especial atención al plástico. Según un informe de Naciones Unidas, cada año se generan más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, y tan solo el 9% de los residuos de este material es reciclado.
La sostenibilidad también está muy presente en la planta baja de la muestra, reflexionando sobre asuntos como la agricultura, o sobre si es sostenible el sistema alimenticio mayoritario en estos momentos. Un sistema que tiene un coste incalculable para el planeta, ya que según la ONU el sector de la alimentación representa el 30% del consumo del total de energía en el mundo, suponiendo un 22% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
En este escenario insostenible cobran protagonismo los nuevos alimentos como las algas o los insectos, o por supuesto, la agricultura urbana, ya que proporciona alimentos frescos, crea empleo, recicla residuos urbanos, y además, evita la contaminación por el transporte desde el lugar de producción al de consumo. Un espacio de apenas un metro cuadrado puede proprocionar hasta 20 kg de comida al año Y además, las familias que cultivan sus propias frutas y verduras incrementan su consumo en un 33%. Datos esperanzadores, ¿verdad).
Para implementar la agricultura urbana surgen ideas como The Growroom, un huerto vertical de varios niveles que ha desarrollado SPACE10 y que puede construir fácilmente cada comunidad porque sus instrucciones se pueden descargar gratis en internet. Esta esfera es, además, una de las instalaciones más atractivas de la exposición, al cupar gran parte del jardín del palacio.
El tránsito hacia el futuro
Como si de una máquina del tiempo se tratara, la escalera del palacio simboliza el salto hacia el 2030 mediante una instalación con luminarias sumamente estética. Un salto que nos permitirá ver en la primera planta las soluciones de Ikea a algunos de los dilemas que se han planteado en la planta baja.
El hogar del mañana
Y tras ese viaje en el tiempo, ahora sí que sí llegamos al hogar del mañana, a las soluciones que Ikea ha planteado trabajando desde Space 10 para mejorar nuestra calidad de vida y el confort de nuestros hogares intentando solucionar los retos ambientales a los que nos enfrentamos. Como podréis ver, el contraste entre ambas plantas es total, abriéndose paso espacios luminosos y tranquilos para demostrarnos que pese a la situación que estamos viviendo, hay todavía esperanza.
Sin duda, la habitación jungla llena de vegetación y pájaros sueltos volando a sus anchas es uno de los grandes atractivos de esta planta. Un espacio que evoca a un jardín natural del que cuesta salir, en un claro mensaje de lo importante que es el medio natural para el futuro del planeta, haciendo especial hincapié en el autocultivo tanto en nuestros interiores como en espacios exteriores comunes y áreas urbanas.
En esta planta cobra también importancia la tecnología para responder a los retos sobre los residuos plásticos y el consumo energético. En este punto, el suprerreciclaje es fundamental: el cómo reimaginar usos de productos y materiales existentes para convertirlos en algo nuevo, dando por ejemplo una vida circular al plástico, tal y como sucede con la colección Musselblomma. En un futuro, el mercado de las renovables para democratizar el acceso a las renovables gracias a la mayor diversidad de fuentes.
La primera planta también plantea soluciones para uno de los grandes problemas que sufrimos los habitantes de las grandes capitales, la falta de espacio y el pequeño tamaño de las viviendas. En un cambio radical de nuestra concepción, Ikea y sus colaboradores consideran 'casa' todo el área residencial de los individuos, desde su barrio y su vecindad, hasta servicios y espacios compartidos o soluciones concretas de interiorismo, con la robótica o nuevos modelos de muebles cobrando un creciente protagonismo.
Un hogar que supera el concepto tradicional de casa y que nos permitirá tener un sentido de pertenencia, en una clara vuelta a nuestros orígenes. En estas viviendas del futuro, las estancias pierden la identidad tradicional y estanca de la cocina, el dormitorio o el salón, para fluir en función de la hora del día o de las actividades que allí se realizan.
En este contexto se incluye el proyecto BETTER LIVING, desarrollado por Ikano Bostad. Un proyecto que parte de la idea de que el 40% de los urbanitas consideran su barrio como su hogar y propone replantear las fronteras entre espacios privados, compartidos y públicos, potenciando los vecindarios como lugares de reunión funcionales y significativos.
El proyecto también presenta tres tipos de apartamentos flexibles que dan respuesta a casi todas las situaciones vitales, y cuyos espacios pueden modificarse (variarse, ampliarse o reducirse) a medida que estas cambien.
Más información | Ikea