El otoño es el momento perfecto para poner a punto el jardín, arreglando parterres, o podando las especies que así lo requieren. Sin embargo, hay ciertas plantas perennes que no necesitan ser podadas en esta época del año. Y si lo haces, puedes poner en peligro su crecimiento, reducir la floración e incluso poner en riesgo su supervivencia al volverse más vulnerables ante la próxima llegada de las heladas.
Por eso, si quieres que tus plantas perennes sobrevivan al otoño y al invierno, es importante saber qué especies debes evitar podar. Y aquí te traemos nueve especies de plantas perennes que no hay que podar jamás durante el otoño.
Estas son las plantas perennes que no hay que podar en otoño
Los rododendros son ideales para plantar en jardines de sombra, y sus hojas perennes son un precioso toque de color para las zonas de exterior, incluso en invierno. Por no hablar de sus flores de color rosa púrpura con forma de trompeta.
Por lo general, los rododendros son plantas que no necesitan demasiado mantenimiento, y tampoco necesitan mucha poda. Sin embargo, si debes dar forma a estos arbustos, no lo hagas en otoño. Los rododendros solo florecen en madera vieja y deben podarse a más tardar 3 semanas después de que la planta florezca desde la primavera hasta principios del verano.
Las lilas son famosas por regalarnos en primavera racimos de flores con una sugerente fragancia. Esta planta crece rápidamente, alcanzando una gran altura. Para evitar que la planta se desmadre y crezca en exceso, hay que podar la lila de forma anual. Pero la poda hay que realizarla nada más terminar la floración, desde finales de la primavera hasta principios del verano. En otoño es mejor no podar esta planta, ya que tal y como sucede con el rododendro, las lilas florecen en la madera vieja y una poda tardía puede cortar sus capullos y reducir la floración primaveral.
Las azaleas son muy similares a los rododendros. También florecen en madera vieja, y si podas la planta en otoño, corres el riesgo de acabar con los botones florales. El mejor momento para podarlas en tras la floración, en primavera o verano.
La Forsythia es famosa por sus flores de color amarillo brillante que salen al principio de la primavera, por lo que son una planta a la que acuden numerosos polinizadores. Esta planta crece muy deprisa, y si no la podas de vez en cuando, acabarán extendiéndose por todo el jardín. Pero no en otoño, ya que esta planta también florece en la madera vieja, y como en el resto de plantas perennes que hemos visto, podríamos dañar sus botones florales. Así, hay que podar la planta una vez que las flores se hayan marchitado en primavera, evitando eliminar más de la mitad de sus ramas de una sola vez.
La salvia rusa nos encanta por esas flores en color lila y por ese olor tan característico y parecido al mentol. Para mantenerlas saludables, hay que evitar podarla en otoño para evitar que el frío las dañe. Lo mejor es podarlas en primavera, y protegerlas del frío con una capa de mantillo aislante.
La celinda, Philadelphus coronarius o naranja simulada, es famosa por sus flores blancas y por su agradable perfume cítrico. Es una planta de bajo mantenimiento que no hay que podar en otoño, ya que sus flores crecen en la madera vieja. Si lo haces, la floración de primavera no será tan abundante.
Plantas perennes que no hay que podar en otoño porque son fuente de alimento para las aves
El cardo globo podría podarse perfectamente en otoño, ya que seguirá creciendo sin problema. Pero estas plantas producen grandes cabezas de semillas que son fuente de alimento para las aves silvestres en invierno. Y si podas en otoño, eliminarás esas valiosas semillas.
Lo mismo sucede con la Echinacea. Realmente, si la podas en otoño, no le va a suceder nada a la planta. Pero las equináceas producen grandes semillas que son alimento para las aves en el invierno. Y también hay insectos polinizadores que pueden utilizar los tallos muertos para protegerse de los fríos invernales.
La Rudbeckia también es fuente de alimento para las aves en invierno, como gorriones, cardenales o pinzones. Los insectos polinizadores también se refugian del frío invernal en su follaje. Y además, estas plantas se sembrarán solas para crecer de forma vigorosa a la primavera siguiente sin no podas sus flores. Sí que es importante que apliques una capa de mantillo para proteger sus raíces. Al llegar la primavera, puedes cortar los tallos viejos de la planta, o dejar que se vayan degradando de forma natural en la tierra de tu jardín.
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