Los contenedores de trasportes siguen demostrado su potencial en la construcción y la última tendencia es reutilizarlos o darles una segunda vida como piscinas.
En Decoesfera hemos visto varios ejemplo del uso de estos contenedores con uso de vivienda. Mini casas o incluso edificios mas o menos grandes construidos con contenedores, las posibilidades de estas piezas, en esencia aburridas y prácticas -los dos adjetivos que mejor los definen- hacen posible una arquitectura modular. Su facilidad de montaje y de traslado (a nivel logístico todo está preparado para transportarlos fácilmente) explican su éxito como formato alternativo a construcción tradicional. De ahí que muchos de estos edificios sean viviendas sociales (como este edificio en Barcelona), residencias de estudiantes e incluso hoteles.
Además de lo anterior la "culpa" de su uso cada vez más intensivo en arquitectura las tiene sin duda sus medidas perfectas como unidad habitacional. Los contenedores largos tienen unas medidas de 13x 2,43 m. Esto es 31 m2 o la medida perfecta para ser una mini casa. Los pequeños de 6 x 2,43 m dan lugar a una estancia de medidas cómodas para ser una cocina abierta al salón o una habitación con baño incluido.
Y ahora también parece que estas medidas (su altura o profundidad, según se mire es de 2,59 metros) son ideales para disfrutar de una piscina en el jardín.
Si se trata de excavar y colocar el contenedor a ras de tierra, hay que sumar este coste al del contenedor y al de los permisos urbanísticos y su proyecto de ejecución. Si se coloca en la superficie te ahorras este coste y parte del derivado del proyecto que presumiblemente será menor.
Para evitar la excavación se puede aprovechar la altura del contenedor para colocar una terraza elevada como en este caso. Esto ofrece la ventaja de crear una ventana en el contenedor.
Una solución -la de las piscinas contenedores viable a plantearse en el momento en el que superemos la crisis logística que ha encarecido el precio de estos, -aburridos y prácticos contenedores- a precios insospechados.
Pero volverán algún día a tener un precio a su coste real (aproximadamente 1000 euros) y entonces si serán una alternativa sostenible y económica para disfrutar de una piscina en el jardín.
Imagen de portada Mood Pools
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