Las casas de La Finca se caracterizan por sus grandes dimensiones y sus planos rectos que crean un efecto minimalista y un tanto frío. Una frialdad que este ático dúplex ha dejado atrás gracias a la intervención de la interiorista Pia Capdevila.
Los propietarios de la casa ya habían trabajado antes con la interiorista y, con motivo de su traslado a Madrid, no dudaron en volver a ponerse en sus manos para transformar esta vivienda en su nuevo hogar.
A la familia le gustó esta vivienda por su ubicación, por el entorno y por las vistas al campo de golf. Se trata de un dúplex de unos 150 metros cuadrados por planta, aunque casi toda la superficie de planta superior la ocupa la terraza.
Arte libros, y la búsqueda de la calidez los grandes protagonistas
Al ser una casa de obra nueva, el proyecto ha consistido en el amueblamiento y la decoración. A pesar de que no ha habido reforma se ha acondicionado la casa para ganar más almacenaje y así, entre otras cosas, guardar la cantidad de libros que tiene la familia y que requería un mueble librería importante.
Según Capdevila, este se convirtió en uno de los puntos de partida del proyecto. La colección de obras de arte y cómo integrarla en los diferentes espacios ha sido otro de los puntos también más destacables del proyecto.
La distribución de la planta baja
En el centro de la vivienda, y a modo de elemento vertebrador de las diferentes zonas se sitúa el recibidor con una original escalera que conduce a la planta superior dónde está la terraza.
En la planta baja se encuentra un salón comedor abierto a la cocina mediante una puerta corredera, así como tres dormitorios (uno de ellos en suite y los otros dos que comparten baño), además de un aseo de cortesía, un despacho y una zona de lavandería.
La planta baja incluye todas las estancias salvo la terraza
El suelo de acabado marmol claro con veta gris original acompaña todo el recorrido de la vivienda haciendo destacar cualquier elemento, especialmente las piezas de arte, de gran colorido, así como otros complementos decorativos.
El recibidor
Un claro ejemplo es el recibidor, en el que la línea de la escalera acapara todas las miradas, con un banco en primer plano, del mismo material que el suelo, que hace las veces de base de los primeros peldaños, alternados con la madera que luego monopoliza el resto del trayecto ascendente.
En esta sofisticada entrada también tiene mucho que ver las diferentes obras de arte que luce, como la llamativa escultura de pie y el cuadro que preside la pared que conduce hacia los dormitorios, revestida de la misma madera que la escalera.
Salón comedor
Desde el recibidor, a mano izquierda, hay un acceso directo a la cocina y otro al salón-comedor.
Precisamente, es en estas zona donde se presentó el reto más motivador del proyecto ya que había que lograr tener un buen comedor, una gran capacidad de asientos en el salón y mucho espacio para los libros. Integrar estas tres cosas, sin perder las vistas, fue complicado pero salieron mas que airosos del reto.
La solución se encontró con el mueble central a medida de altura media que diseñó el estudio para dividir el espacio en dos, sin perder la sensación de espacio único abierto. Se trata de una pieza de palillera de madera que alberga el gran televisor y la chimenea de bioetanol en la parte inferior.
Toda la pared principal que comparte el espacio del salón-comedor está presidida por una gran librería en laca del mismo color que la pared, con algunos de los huecos revestidos con fondo de madera. Este mueble, que está unido a la pieza central y cuya parte inferior se ha hecho cerrada para almacenaje, ayuda a potenciar también la comunicación visual entre ambos ambiente.
Otros de los recursos que el estudio de interiorismo llevó a cabo en este espacio común es la elección de un gran sofá en L para el salón, que propone un ala de asientos orientados al televisor y otros a las vistas del campo de golf.
En cuanto al comedor, el gran espejo de la pared permite ver reflejadas dicha panorámica mientras se está en la mesa.
El resultado demuestra que se puede sacar el máximo partido a las estancias haciéndolas cómodas y funcionalesconsiguiendo que un ambiente -a priori frío- debido a la presencia del mármol, se convierta en un espacio cálido.
De hecho, la propia Pia Capdevila reconoce que el proyecto ha sido bastante diferente a lo que están acostumbrados porque la casa contaba con líneas más modernas a las habituales para el estudio.
La cocina de generoso tamaño
En la cocina que venía con la obra nueva reinaba el blanco en muebles, suelos y paredes.
La intervención del estudio en la cocina se focalizó en decorarla para integrarla al salón con unos taburetes de diseño en madera, una imponente lámpara de base cerámica y un cuadro cuyos tonos azules, junto al de algunas piezas decorativas, representan un guiño al conjunto del salón-comedor. La puerta corredera es otro elemento que fomenta esta comunión espacial.
El dormitorio principal
En esta habitación, un revestimiento de palillería protagoniza la pared del cabecero, hecho a medida también en madera, el material preferido del estudio para aportar la calidez de hogar. Y en este caso, con mayor motivo, ya que debía contrarrestar la frialdad de los suelos de mármol.
El dormitorio de invitados
Por su parte, en el dormitorio de invitados el recurso decorativo se centró en crear una base neutra con el color azul como hilo conductor entre diferentes detalles, el mismo tono que ya destaca en otras estancias de la casa.
La terraza de la planta superior
En cuanto a la terraza, situada en la planta superior de este dúplex madrileño, se acondicionó con una gran zona de estar con mobiliario que combina madera y aluminio bajo una pérgola con estructura blanca que se integra perfectamente en el revestimiento de la fachada.
Los tonos del conjunto de este salón exterior tienden a una paleta cromática neutra, ideal para esos momentos de relax que inspiran este atractivo espacio al aire libre.
Proyecto de Pia Capdevila Interiorismo. Fotografía y Estilismo Paloma Pachueco
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