Ansioso por poder crear en un espacio íntimo, un músico recientemente instalado en el campo contactó a la firma francesa JCPCDR para que rehabilitaran el cobertizo del jardín de su nuevo hogar en un estudio contemporáneo aislado.
Con un presupuesto de unos 10.000 euros, la misión parecía complicada pero, sin embargo, con pequeños trucos y una elección adecuada de los materiales, los constructores lograron el deseado espacio espacio confidencial y abierto como un remanso de delicadeza en el corazón de un entorno verde.
Como podéis ver en las fotos, se trata de un pequeño espacio, pero con grandes ideas. Diseñado para satisfacer todas las necesidades de su propietario, el edificio está equipado con electricidad y calefacción de leña, una ducha exterior y baños secos. Parcialmente abierto, el estudio alterna entre palos verticales de madera de los desechos de un aserradero cercano y paneles de vidrio y acero de una fábrica desmantelada.
Los grandes ventanales y la abertura triangular cenital dan luz natural al espacio y enmarcan las diferentes perspectivas de la tierra desde el huerto hasta la casa principal de la década de 1940. ¿Qué os parece esta peculiar casa del bosque?