Con el mundo al precipicio ambiental, cada vez son más los estudios que tratan de poner su granito de arena a la sostenibilidad. En este caso, nos ha encantado esta vivienda unifamiliar que se une a la tendencia de instalar cubiertas vegetales en los tejados de los edificios para reducir el efecto de las islas de calor que se provocan en muchas ciudades.
La vivienda, desarrollada por el estudio On-A y construida por la empresa por la empresa de arquitectura modular en madera Arquima, cuenta con una característica que la convierte en única: Su forma de C.
La casa, construida en la localidad barcelonesa de Tona, se pliega sobre sí misma para conseguir que la cubierta y la fachada principal estén cubiertas de vegetación.
Así, se consigue integrar perfectamente la vivienda en el entorno ajardinado, dando continuidad visual al paisajismo de la parcela consiguiendo que su impacto en el entorno sea casi imperceptible.
La vivienda en sí misma es compacta y súper sencilla, y ha sido diseñada para buscar la máxima eficiencia energética. La casa es opaca hacia la calle, pero abierta totalmente hacia las vistas de la riera y el castillo de Tona.
De esta manera, se consigue la unión absoluta del interior con el exterior gracias a la sustitución de las paredes por grandes cristaleras que fusionan las estancias de la vivienda con las zonas ajardinadas posteriores.
Un concepto interesante para integrar las viviendas en el entorno, y de paso, aumentar la superficie vegetal en la lucha contra el cambio climático.
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