Los cactus están muy presentes en los hogares y oficinas de nuestro país. Son plantas fáciles de cuidar que dado su origen, pueden vivir hasta en los lugares más inhóspitos. Y aunque los cactus requieren de unos cuidados mínimos (es fundamental no ahogarlos, y regarlos de vez en cuando) si no queremos que se nos mueran, lo cierto es que estas plantas son bastantes resistentes.
A muchos también les fascina las flores que nos regalan cuando menos lo esperamos... Unas flores caras de ver, ya que la floración de los cactus puede ser un auténtico desafío para muchos.
Cómo conseguir que florezcan tus cactus
Para que tus cactus florezcan hay que hacerles un poquito de caso y proporcionarles unos cuidados mínimos, intentando reproducir las condiciones de su hábitat natural. Hay que tener en cuenta que los cactus suelen florecer como respuesta a los cambios de luz y temperatura. La floración se produce casi siempre en los meses de primavera y a comienzos del verano, justo cuando los días son más largos y las temperaturas son más altas.
En invierno los cactus suelen entrar en periodo de reposo, por lo que durante esta época del año hay que reducir el riego y evitar abonarles para dejarles descansar y que acumulen la energía necesaria para florecer en la siguiente temporada.
Al margen de intentar reproducir las condiciones de su hábitat natural y respetar sus propios ciclos de crecimiento, hay otra serie de consejos que debes seguir. Para empezar, la luz y el riego son factores claves. Al ser una especie procedente de regiones áridas y desérticas, estas plantas suelen necesitar luz (al menos seis horas de luz solar), y riego ajustado.
En el caso de la luz, deben recibir al menos 6 horas de luz solar, y si está en interior, deberás colocarlo cerca de ventanas soleadas. También puedes utilizar luces de crecimiento si en tu casa no hay luz natural suficiente.
Respecto al riego, los cactus no requieren riegos frecuentes ni grandes cantidades de agua. De hecho, no hay que encharcarlos jamás si no quieres que se pudran sus raíces.
En este sentido, deberás regar de forma modera el cactus cuando veas que la tierra está completamente seca. La maceta debe tener agujeros de drenaje para evacuar correctamente el agua sobrante del riego. Además, debes tener en cuenta que durante los meses de invierno deberás reducir el riego, y tenerlos en un lugar más fresco.
Abonar tu cactus también puede ayudar a la planta a florecer. Es cierto que son especies resistentes y que sobreviven sin problema en suelos podres. Pero si los fertilizas, fomentarás su crecimiento y la floración.
Deberás utilizar un abono específico para cactus y suculentas, una vez al mes durante la temporada de crecimiento activo (primavera y verano). En invierno, es aconsejable reducir el abono, ya que como hemos comentado, los cactus entran en periodo de reposo.
También es importante no echar demasiado abono, y regar antes de fertilizarlo para evitar la acumulación de sales. Sigue las pautas de uso del fertilizante, y no abones tu planta en exceso, ya que el cactus puede verse afectado y llegar a tener problemas en las raíces.
Fotografías | Kat Med en Unsplash, Stephanie Harvey en Unsplash
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