La planta cinta, también conocida como mala madre, o Chlorophytum comosum si la nombramos por su nombre científico, es una de las plantas más populares en los hogares españoles. Y no le faltan méritos para ocupar ese destacado puesto.
Esta planta de hojas alargadas y afiladas que mezcla tonos verdes con el amarillo y el blanco, es fácil de cuidar, puedes cultivarla tanto en interior como en exterior, y además, purifica el aire de casa y absorben la humedad. Sus flores son minúsculas y en color blanco, y parecen pequeñas arañitas.
Cómo cuidar la planta cinta
La planta cinta es una planta muy fácil de cuidar. Para empezar, deberás buscarle una ubicación en semisombra, evitando la luz directa del sol ya que sus hojas se pueden secar. Respecto a las temperaturas, la planta está a gusto hasta los 30º, e incluso las heladas ligeras. En caso de que veas que las hojas están lacias y arrugadas, tu planta está pasando demasiado calor.
A la planta cinta le encanta la humedad (de hecho, es una planta que vive bien en ambientes húmedos como el baño). El riego debe ser frecuente en verano, regando de dos a tres veces por semana, mientras que en invierno hay que reducir esa frecuencia, pudiendo regar una vez a la semana. Y si ves que las hojas de tu planta cinta se ponen marrones, es probable que esté sufriendo un exceso de sequedad.
También es importante pulverizarla de vez en cuando para proporcionarles esa humedad. Aún así, no es conveniente encharcarla. De hecho, deberás proporcionarle un buen drenaje para evitar el exceso de agua.
Respecto al abono, hay que fertilizar la planta cada dos semanas durante la primavera y el verano, mientras que en otoño e invierno bastará con abonarla una vez al mes.
Si ves que las hojas de tus cintas tienen manchas marrones, puede ser que la esté atacando la araña roja, un ácaro que suele situarse en el envés de las hojas. Suele ser muy difícil de ver a simple vista, y se alimenta de plantas que viven en ambientes secos.
Para acabar con esta plaga, deberás utilizar jabón potásico. Este producto reblandece el exoesqueleto de estos insectos, y los debilita hasta provocarles la muerte. Después de aplicar el jabón potásico, es bueno aplicar aceite de neem para proteger a la planta de las plagas.
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Mathias Reding para Pexels
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