El anthurium, o anturio, es una de las plantas más presentes en los hogares de nuestro país. Y no nos extraña nada, gracias al colorido y a las exóticas formas de esta planta de interior de origen tropical.
Además, es una planta bastante fácil de cuidar, por lo que es perfecta para las personas que no tienen tiempo, o que se están iniciando en el mundo de la jardinería y del cultivo de plantas.
Cómo cultivar el anturio
Antes de empezar, hay que salir de un error muy común y advertir que las brácteas rojas no son flores, son las hojas que protegen a las auténticas flores. Y también debemos señalar que aunque el anturio rojo es el más común, lo cierto es que hay variedades en colores como el blanco o el rosa.
El anthurium procede de zonas selváticas, por lo que necesita una buena luminosidad. De hecho, si esta planta no vive en un ambiente luminoso, no podrá desarrollar sus características y coloridas brácteas. Pero ojo, porque aunque necesita luminosidad, no soporta la luz del sol directo. En caso de estar expuesta al sol, sus hojas podrían quemarse.
Respecto a la temperatura, esta planta necesita estar a entre 20 y 25º de forma constante. En caso de que la planta sufra frío, las hojas se secarán y se volverán amarillentas. Además, deberás alejar la planta de radiadores y de las corrientes de aire.
A la hora de regar estar plantas, debes saber que no tolera el exceso de agua ni el encharcamiento. Por eso, bastará con regalar dos o tres veces a la semana en verano, y una vez a la semana en invierno. Como regla general, cuando el sustrato esté ligeramente seco, debes volver a regar. Además, esta planta necesita humedad ambiente, por lo que puedes pulverizar ligeramente las hojas.
Para potenciar su crecimiento, puedes utilizar en primavera y verano un abono líquido específico para plantas verdes cada dos semanas. Y por último, tendrás que trasplantar tu anturio cada dos años para que pueda seguir desarrollándose.
Fotografías | Hassan Pasha en Unsplash, Feey en Unsplash
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