La Nerium oleander, más conocida como adelfa, es una planta muy extendida por toda España a causa de su resistencia y de su espectacularidad. La podemos ver en parques públicos, en jardines privados, e incluso en las medianas de autovías y autopistas.
Pero además, esta planta también se puede cultivar en maceta en casa. Si te apetece saber cómo disfrutar de esta planta de floración prolongada en tu hogar, hoy te damos algunas claves.
Cómo cultivar la adelfa en maceta
Para empezar, deberás elegir una maceta grande unos 50 cm de diámetro y de altura. Además, debe tener un drenaje correcto contando con varios agujeros para que pueda evacuar el agua de riego sobrante.
Una vez elegida la maceta, deberás elegir el tipo de sustrato. Cuando está plantada en parques y jardines, la adelfa es una planta todoterreno que se adapta hasta a los terrenos más pobres. Pero en el caso de cultivarla en maceta, necesitará un sustrato mejor ya que sus raíces no tienen tanta capacidad para desarrollarse.
Por eso, deberás buscarle un sustrato rico que mezcle tierra vegetal y tierra hortícola, al que le añadirás arena de río (no demasiado fina) y abono bien descompuesto para así aligerarlo todo. También deberás proporcionarle una capa de drenaje de unos 10 cm con bolitas de arcilla o de grava. Así, el agua de riego no afectará a las raíces.
Dónde colocar la adelfa en maceta
La adelfa debe estar al aire libre el mayor tiempo posible. Y si puede ser, en un lugar soleado y protegido del viento. Si está a la sombra, la floración será menos espectacular. Y si en tu zona hace mucho frío, búscale un rincón soleado y protegido en la terraza o el patio.
Desde comienzos del otoño hasta el final del invierno es importante proteger a este arbusto del frío. Plantada en el suelo directamente, la adelfa soporta temperaturas bajo cero sin problemas, pero al estar plantada en maceta, el sistema radicular de la planta es más sensible al frío, y en especial, a las heladas. En este caso, puedes meter la planta al interior de la casa, a una habitación luminosa y sin calefacción con una temperatura de entre 16 y 18ºC para prolongar así su floración.
En caso de que debas dejarla en el exterior, si viene frío colócala junto a una pared soleada y cubre la parte aérea con la protección adecuada, y protege también la maceta con plástico de burbujas.
Si hablamos de riego, una de las principales características de la adelfa es su resistencia a la sequía. Pero si se cultiva en maceta, necesitará un riego más regular y abundante, siempre teniendo en cuenta que no hay que encharcarla, ni dejar que el platillo que tengas bajo la maceta tenga agua.
Como regla general, deberás realizar dos riegos por semana durante el verano, dependiendo siempre de la temperatura y de la calidad del suelo. Para evitar la evaporación del agua, puedes colocar un mantillo sobre la superficie. Consejo: coloque mantillo en la superficie para limitar la evaporación del agua.
A la hora de fertilizar, deberás abonar tus plantas cada 15 días desde mediados del mes de mayo y hasta mediados de septiembre. Para podar la adelfa, deberás ir eliminando las flores conforme se vayan marchitando. Entre marzo y abril puedes podar los tallos que veas que están secos, débiles o los que estropean la forma que quieres darle a la adelfa. Además, cuando veas que la adelfa comienza a volverse demasiado voluminosa, puedes realizar una poda importante cortando las ramas a 20 cm.
Para acabar, tan solo te falta saber que hay que trasplantar las adelfas jóvenes una vez al año, en el mes de abril para proporcionarle una maceta algo más grande. Después, deberás hacerlo cada tres años.
Fotografías | Peter Schad en Unsplash, Alfin Auzikri para Pexels
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