Si me seguís en las redes sociales, sabréis que dentro del Proyecto minue estoy tratando de montar en mi nueva casa una cocina de Ikea; con sus Faktum, sus Rationell y demás. Todo ha ido bastante bien, incluso cortando la encimera Numerar de madera maciza, pero la cosa se ha torcido bastante en la lucha con el fregadero Boholmen y el grifo Ringskär.
Sí, cuando parecía que lo más difícil ya había pasado, y habíamos conseguido que todos los muebles encajaran y cuadraran, que todo estuviera alineado, que los cortes quedaran limpios y bien hechos, que el lavavajillas, la nevera y la lavadora cupieran… en fin, que todo eso que os contare más adelante saliera bastante bien, se interpuso en nuestro camino poco más de un milímetro de acero inoxidable.

Resulta que el fregadero Boholmen, en mi caso la versión de 50cm de ancho, no tiene el agujero para el grifo hecho. Bueno, no pasa nada, me dije, tengo mis brocas de hacer agujeros grandes (en concreto, 35 mm), así que solo es cuestión de marcar bien la posición y taladrar.
¡Ay, amigo!¡Qué duro y resistente es el acero inoxidable! Aún sin darle mucha velocidad ni hacer demasiada fuerza, las brocas se deshacían al intentar perforar el acero, y simplemente lo arañaban. En la ferretería me ofrecían una que prometía lograrlo, pero costaba 16 euros la pieza, más un accesorio de 19 euros, y tampoco me fiaba mucho, ya que en el envoltorio decía solo madera y metal, igual que las que acababa de destrozar.

A estas alturas de la película, hubiera agradecido que entre todas las preguntas que me hizo la dependienta de Ikea durante mi proceso de pedido —¿Seguro que te cabe?¿No quieres además un lavavajillas?¿Has cogido el aceite para la madera?— me hubiera preguntado si tenía la herramienta adecuada para perforar el fregadero con el que James Bond blinda sus coches.
Porque sí, existe. Es una herramienta Fixa que incluye la broca y un corta tubos, por el “módico” precio de 19,99 euros. Un poco caro para algo que solo usarás una o dos veces en tu vida, pero dado el tiempo que perdí en la aventura posterior, lo hubiera preferido.
El caso es que teníamos ante nosotros —mi padre me acompañaba en mis desventuras— un agujero que hacer y nada con que perforar el acero. Empezamos marcando el centro con una broca de metal convencional, que con un poco de esfuerzo logro traspasarlo. Luego, con la sierra de calar, hicimos dos incisions longitudinales —esto tampoco fue fácil—, como marcando dos diámetros perpendiculares, y por último con las tenazas abrimos el agujero.

Una sonrisa de alegría se dibujo en nuestros rostros cuando comprobamos que los tubos del grifo pasaban por el orificio sin demasiados problemas, aunque enseguida se tornó en un rictus de decepción al descubrir que el sistema de anclaje necesitaba una superficie plana en el revés para poder sujetar el grifo.
Tras mucho mover, retorcer y adaptar esas pequeñas pero resistentes lengüetas de metal, logramos al fin colocar el grifo en su sitio y fijarlo sólidamente. De nuevo la felicidad invadía nuestro ser, pero sólo hasta que abrimos el grifo y comprobamos que uno de los latiguillos se había quedado aprisionado en todo el proceso, y apenas salía un pequeño hilo de agua caliente. ¡Merde!

Llegados a este punto, tras dos horas de lucha y poca luz del día, decidimos retirarnos a nuestros aposentos a meditar la solución. Había que librarse de esas rebabas, pero no iba a ser fácil dada su dureza.
Nuestra primera idea fue utilizar una sierra de metal manual, así que provisto de ella me dirigí ilusionado a mi nueva casa para descubrir que la pequeña sierra que de tantos apuros me había sacado, ni iba ni venía, ni le hacía muesca alguna al metal.

Estaba a punto de lanzar el fregadero por la ventana cuando me acordé de una clase de Materiales de Construcción, en la que nos dejaban claro que el acero se podía romper por agotamiento, y que tras muchos ciclos de carga y descarga, cedía. Así doblaba cucharas Uri Geller.
Así pues, armado con mi pequeña cizalla, hice una pequeña muesca al principio de cada lengüeta, y retorciendo ligeramente la parte que quería cortar, comenzó ha abrirse una brecha en la hendidura que había marcado. Con mucha paciencia y delicadeza, repetí la operación con el resto, y conseguí liberarme del metal que luego aprisionaba los latiguillos.

Con el agujero más o menos limpio, pude montar con facilidad el grifo, en la posición que quería y sin que ningún latiguillo sufriera en el proceso. Incluso el sistema de mangera funciona perfectamente, subiendo y bajando sin que roce en ningún momento. Eso sí, en total me ha llevado tres horas hacer un agujero que esperaba lograr en unos minutos.
No podéis imaginar la satisfacción que me produjo ver el grifo colocado en el fregadero, como un monumento a la tenacidad, pero si algo he aprendido de la lucha contra el fregadero Boholmen y el grifo Ringskär, es que no hay nada como tener la herramienta adecuada para cada tarea. Si no, todo se vuelve mucho más complicado y frustrante.
En Decoesfera | Proyecto minue: la cocina que me inspiró
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webu
Y no te hubiera costado menos devolverlo y comprar en una tienda normal? A veces nos empecinamos con ikea y no es la solución a todos los problemas, es más, muchas veces da más quebraderos de cabeza que soluciones. Ahí dejo la reflexión...
isabim
Por cierto, estoy ansiosa de ver el proyecto terminado!
8175
Jajajaja, totalmente identificado pero en mi caso con un fregadero y grifo del Leroy Merlin que instalé en la cocina que le monté a mi madre.
Primero lo intenté con una broca normal, después con la dremel haciendo cortes como si fuese un asterisco y al final, después de perder media tarde intentando hacer el agujero y casi a las 21:00 h. cogí el coche hice 25 km de ida y otros tantos de vuelta para comprar en el Leroy esa herramienta específica para hacer agujeros en los fregaderos por el módico precio de 15 € creo recordar.
Volví y dos minutos después tenía el agujero hecho. Mi mujer y mi madre no paraban de decir que por mi mala cabeza (cuando compramos la cocina no quise comprar la herramienta por parecerme cara) había perdido media tarde y había tenido que hacer 50 km. extra. En fin...
Ah, y no, ya no tengo la herramienta. En mi siguiente visita al Leroy la devolví perfectamente en su embalaje y sin ningún síntoma de haber sido usada.
mer.bonilla
Yo habría usado un soplete y aprovechado la pérdida de resistencia del acero con la temperatura antes de ponerme a buscar la rotura por fatiga. En cualquier caso queda demostrada la calidad del fregadero XDD
rolf
Felicidades, te habrá costado, pero te ha quedado muy bien.
superscan
y ahora a sabemos pq el inox es tan caro! por cierto a esas brocas, se les llama coronas, tenlas en cuenta cuando vayas a hacer agujeros para los halogenos ( si es q pones)
david.martinezgarcia
Mueble blanco con banco de madera, me encanta! Bueno saber lo del fregadero, yo también tengo IKEA bastante lejos ( a ver si nos lo ponen ya en Valencia ) y con problemas así te las ingenias para no tener que volver.
pedrojcalvorota
Y no se te ha ocurrido hacer el agujero empezando con brocas de diametro pequenyo ???
No me llames iluso pq tenga una ilusion, titurituri.
curtiplas
Es cierto que IKEA ofrece algunos productos a muy buen precio pero no siempre son fáciles de instalar y al final salen más caros. Por eso creo que para algunas cosas es mejor recurrir a las tiendas de toda la vida, donde te asesoran sobre medidas, propiedades, usos e instalación. Los empleados de Ikea no conocen todos los problemas a los que se han enfrentado otros usuarios que han intentado instalar un producto. En las tiendas pequeñas, suelen saber exactamente los inconvenientes de cada uno de los productos porque es a ellos a quienes se los han contado otros compradores. Es un trato mucho más personal y profesional.
pablosgc
Cómo sigue esa reforma?? Algunos la seguimos desde el principio, y queremos estar al día! ;)
Oli.
Ooh, llevo un tiempo sin leerte y veo que la idea del fregadero de cerámica DOMSJÖ ha pasado a mejor vida. Imagino que por falta de espacio... mi cocina es "tan grande" como la tuya ;) .
Por si a alguien le sirve de consejo, nosotros instalamos el Boholmen con 1 seno y medio y ahora no me gusta. El seno pequeño me parece un acumulador de suciedad, preferiría haber puesto uno que no veo en la web de Ikea pero que existe: el seno es tan grande que equivale a un seno y medio y le puedes poner la cesta negra de accesorio. Más práctico para fregar ollas sin inundar la cocina.
Pero bueno, mi trauma es no haber podido poner el de cerámica para no ver la cal acumularse... ;))).
El grifo no lo compramos de Ikea, no nos convenció ninguno y me parecen que algunos tienen un acabado muy poco resistente. Si lo pienso bien, no habría puesto tampoco un fregadero de Ikea si no fuera por los accesorios. Los sistemas de desagüe no me gustan, tanto los de fregadero como los de baño.