María Lancha
EditorHay saberes domésticos que pasan de generación en generación y que, con el tiempo, se revelan como auténticos trucos de experta. En este contexto, Lucía Lipperheide (@homes.styles) lo tiene claro: gran parte de su conocimiento sobre limpieza se lo debe a su madre.
“Qué sabias son las madres”, confiesa. Y entre todas esas lecciones prácticas, hay un producto que destaca por encima del resto por su versatilidad y eficacia: el CIF. Lejos de limitarse al baño o la cocina, este limpiador multiusos se convierte en un aliado imprescindible para el cuidado del hogar y de muchos objetos cotidianos, incluidos aquellos que forman parte de la decoración.
Un multiusos que va mucho más allá
Vía @homes.styles
“El CIF no es solo para limpiar el WC”, explica Lucía Lipperheide. Su textura y fórmula permiten eliminar suciedad incrustada sin dañar superficies delicadas, algo clave cuando hablamos de elementos visibles y decorativos del hogar.
Uno de los usos más sorprendentes es la limpieza de piezas de plata. Con el paso del tiempo, el aire oxida el metal y apaga su brillo natural. Aplicado con suavidad, el CIF elimina esa capa opaca sin rayar ni dañar la superficie, devolviendo a la plata su aspecto original.
Brillo real en superficies
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En la vitrocerámica, aunque a simple vista parezca impecable, se acumula grasa invisible que acaba quemándose con el uso. El CIF elimina esos restos y, si se aplica limpiacristales después, se evitan marcas y se crea una capa protectora que prolonga la limpieza.
Algo similar ocurre con el fregadero, limpiarlo a diario no siempre es suficiente. Como alternativa, Lucía recomienda usar CIF y, como truco final, añadir una gota de aceite para crear una película que repele el agua y mantiene el brillo por más tiempo.
Ventanas, electrodomésticos y paredes
Vía @homes.styles
El CIF también devuelve el blanco real a las ventanas, eliminando restos de suciedad sin esfuerzo. En pequeños electrodomésticos como la tostadora, especialmente por fuera, ayuda a eliminar la grasa que se acumula con el contacto de las manos.
Pero uno de los usos más valorados es en las paredes blancas. “Limpia sin dañar la pintura y sin dejar cercos”, asegura la experta, convirtiéndose en una solución ideal para mantener paredes claras impecables sin necesidad de repintar.
Del calzado a los pequeños objetos
Vía @homes.styles
El producto demuestra su eficacia incluso en objetos que no siempre asociamos a la limpieza del hogar. Las chanclas de playa, cargadas de crema solar, sudor y arena, quedan limpias sin dañar el material blando. Lo mismo ocurre con las sneakers de cuero, que pueden limpiarse sin resecar ni alterar el material.
En la bisutería, aplicado con cuidado, elimina restos de maquillaje, polvo y sudor, devolviéndole un aspecto más cuidado. Y en el interior de las macetas, donde se acumulan restos de cal y tierra, el CIF limpia sin necesidad de frotar con fuerza, evitando olores y manchas al volver a colocar la planta.
Imagen de portada |Lucía Lipperheide
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