Si normalmente escoger los muebles para la cocina no es baladí, porque es algo que va a acompañarnos bastante tiempo, cuando se trata de una cocina office, como la que tengo pensada para mi nueva casa, la cuestión es más delicada todavía, pues formará parte de la decoración del salón-comedor.
Así, armado de paciencia, inicie la búsqueda del estilo que mejor encajara. Tiendas, catálogos, más tiendas, blogs, otra vez tiendas… y al final, encontré la cocina que me inspiró, que no es otra que la de la casa de la diseñadora Amie Weitzman en Connecticut, que podréis ver si seguís leyendo.
Creo que lo que más me gusto fue la luz —algo que afortunadamente tendré en mi cocina— y la calidez que transmite. Todo sin renunciar a una geometría limpia y ordenada. Lo malo iba a ser ajustar esa idea a mi limitado presupuesto.
La diferencia la suelen marcar los detalles, y la cocina de Amie tiene muchos. No es baladí que una encimera sea de mármol blanco y la otra de madera, que los estantes del fondo hagan juego con la isla, o que por ejemplo, no todas las puertas tengan moldura.
Pero dejemos eso para más adelante y centrémonos en lo importante, que es conseguir un “look & feel” similar, pero a precios comedidos. Para mi fortuna, ha sido tarea fácil, pues sin ir más lejos, en Ikea hay dos series de puertas de cocina muy parecidas, e incluso una encimera de madera bastante resultona. Bien.
Sin embargo, no todo iban a ser alegrías, porque se trata de dos series de la gama alta de cocinas, y aunque siguen siendo asequibles para la mayoría de los mortales, mi bolsillo no está para grandes desembolsos. Así que, probablemente, la opción que escoja sea una puerta blanca y lisa, la más económica de todas, que confio poder cambiar más pronto que tarde, y mientras tanto que al menos de el pego durante un tiempo.
Pero no nos desanimemos, porque aún nos quedan los detalles, eso que puede hacer cambiar la cocina aunque las puertas no sean las más bonitas. Como aún me queda un tiempo hasta tener que comprar los muebles, todavía estoy barruntando muchos de ellos, que os comento por si tenéis a bien opinar.
Por ejemplo, me tientan mucho los fregaderos blancos que sobresalen de la encimera, como los de casi todas estas imágenes. Me parece que son más cómodos de usar y tienen un punto rústico y antiguo que va a juego con la casa. Por otro lado, me gustan los fregaderos encastrados de acero inoxidable, porque no rompen tanto la unidad de la encimera.
Otra de las cosas que también he estado pensando, es la posibilidad de hacer un esfuerzo y comprar un mármol blanco para una de las encimeras —la que no es la isla— que es la que tiene que soportar la humedad del fregadero. Así se crearía un fondo neutro sobre el que destacaría la encimera de madera de la isla.
Y ya por último, un pequeño detalle que he encontrado buscando imágenes con las que ilustrar el estilo de cocina que me ha inspirado; tiradores personalizados. Como estos que se asemejan a los de los ficheros antiguos y que le pueden dar a la cocina un toque especial.
Imágenes vía | Design Sponge, Ikea Hacker, Ikea
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