Tener una cocina abierta al salón es cada vez más común en nuestras casa. Esta nueva distribución nos obliga a diseñar y a pensar las cocinas de manera diferente a cómo veníamos haciéndolo hasta ahora. Las nuevas cocina conviven con la parte de la casa en la que nos relajamos, descansamos y recibimos así que su diseño debe estar en línea y ser coherente con el salón.
Si ya has decidido que tu próxima reforma será abrir la cocina al salón, o si tu casa ya tiene esta distribución vamos a recordaros algunos aspectos que hay que tener en cuenta para acertar en su diseño.
Elegir muebles y materiales en coherencia con el resto del salón
Una de las claves para que la cocina funcione con el resto de la estancia es hacer que algunos de los colores y los materiales elegidos para la cocina se repitan en el resto de la estancia. Así el conjunto se verá bien cohesionado.
Vía The Room Studio
En la cocina de esta casa en la Costa Brava diseñada por The Room Studio, la madera nogal es el material que conecta los distintos espacios.
Las cocinas abiertas al salón son espacios libres de azulejos
En estas cocinas no hay espacios para azulejos y sí para salpicaderos de espejo, porcelánicos de madera, aluminio, microcemento , mármoles...
La cocina tiene que distinguirse del salón y, por supuesto sus partes expuestas al agua (salpicaderos o zócalos) deben estar protegidas pero lo mejor es diseñar una cocina que emplee, en lugar de azulejos tradicionales, otros materiales que también nos podemos encontrar en el salón. Si ponemos la encimera de madera puede tener el mismo acabado que una librería del salón. O un salpicadero de mármol puede "ritmar" con una mesa auxiliar con sobre de acabado mármol...
Cocina diseñada por Coblonal Estudio. Fotografía de Sandra Rojo
Una isla o una mesa de comedor para delimitar las zonas
Para hacer una transición cómoda entre los espacios se puede colocar una isla o la mesa comedor, que separará integrará al mismo tiempo los espacios.
Proyecto de Egue Seta. Imagen de Vicugo
A pesar de la apertura física los límites se marcan en el suelo, techo...
A falta de isla de cocina (no en todas las estancias cabe una isla), el uso de la zona de trabajo debe estar bien diferenciada. Un cambio de material en el suelo, un cambio en la altura del techo o incluso un cambio de color en paredes y techo pueden servir para "enmarcar" el espacio de la cocina.
Proyecto De Nonestudio Archs. Imagen de Sara Magni
En espacios más grandes puedes saltarte la primera normal y jugar con el contrates con el resto del espacio.
Destacar la cocina con otro color es una posibilidad pero en este caso mira que sea un color de contraste (el opuesto en la gama cromática) o jugar con el binomio blanco y negro para destacar la cocina y que no pase desapercibida.
Los electrodomésticos, mejor panelados u ocultos
Para integrar la cocina en el salón una de las claves es panelar los electrodomésticos. Si es posible incluso el frigorífico. Para el horno y el microondas se pueden elegir acabados (blancos, negros o cromos) en función del acabado de los muebles para que intenten pasar desapercibidos.
Proyecto de Raúl Sánchez Architects. Imagen de José Hevia
Imagen de portada de Studiotamat. Fotografía de Seven H Zhang
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