Probablemente algunos de los que estáis leyendo esto hayáis vivido al igual que yo en algún que otro piso de estudiante en vuestra etapa universitaria. En mi caso la experiencia no fue del todo mala, los pisos en los que viví no eran modelos a seguir en lo que a decoración se refiere, pero eran aceptables. Pero buscando piso para alquilar y visitando a algunos amigos recuerdo haber visto algún apartamento que era realmente lamentable.
Por eso esta propuesta de alquilar pequeñas casas de campo para estudiantes en Suecia me ha parecido tan interesante. En realidad un estudiante no pasa demasiado tiempo en casa, casi todo el día está en la facultad. Así que no necesita un apartamento enorme, pero sí que esté bien distribuido y bien acondicionado y que durante el tiempo que permanezca en él le resulte confortable.
La casa vista desde fuera parece casi de juguete, son solo doce metros cuadrados, pero en su interior cuenta con todo lo necesario para vivir, una zona de cocina y comedor, un espacio de sala de estar y estudio, el baño que es lo único con mayor privacidad y puerta aparte y la cama que está colocada en el altillo. Lo mejor es que como todo es nuevo y moderno, el conjunto resulta muy acogedor.
Es cierto que la cocina es pequeña, pero también es verdad que la mayoría de los estudiantes no cocinan mucho y para hacer unos bocatas o un poco de pasta con atún llega de sobras. La mesa es suficientemente amplia como para tener invitados y perfecta si la queremos utilizar para estudiar o trabajar. Además el que todo sea tan pequeño tiene otras ventajas como el bajo consumo en calefacción, cuanto menos espacio más fácil es calentar.
Lo único que no acaba de convencerme es la cama, la verdad es que yo tengo un poco de vértigo y lo de la cama en las alturas no me parece nunca una gran idea, necesitaría una buena barrera protectora y aún así no sé si conseguiría acostumbrarme. Pero aunque a mi no me guste, es cierto que para gente joven es perfectamente funcional y para algunos incluso puede tener cierto encanto.
Por lo demás la casa tiene todos sus rincones muy bien aprovechados, estanterías y muebles para almacenaje incluidos. Además los colores claros hacen que la casa parezca algo más grande de lo que realmente es, o al menos que no resulte nada agobiante. Las ventanas en el techo aportan la luz natural y la madera clara y el color blanco la multiplican. Si yo fuese ahora estudiante lo tendría claro, uno de estos para mi.
Vía | Design Milk
En Decoesfera | Vivir en menos de nueve metros cuadrados
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