No cabe la menor duda que, cuando somos amantes de alguna arte como la pintura, la literatura o la cocina (si la consideramos un arte), solemos querer que nuestra pasión de vea reflejada en la decoración interior de nuestra casa. Es importante poder transmitir a quienes vivan con nosotros o nos visiten este aspecto de nuestra personalidad que en muchas ocasiones nos define plenamente.
Hoy vamos a dar una vuelta por una hermosa casa de los años 1930 ubicada en la ciudad inglesa de Bristol. Se trata un hogar muy especial que tiene una personalidad impresionante, tanto por la delicadeza de su contenido decorativo como por el equilibrio que nos transmite. Con un toque definitivamente vintage, la casa está decorada con mucha exquisitez con tonos de colores pastel, cálidos que se alternan con algunos detalles coloridos que nos recuerdan que el arte es también color.
La casa pertenece a Lou Watkins quien se ha dedicado en crear una verdadera atmósfera dedicada al arte, la cultura y los libros. Lo que atrae la atención desde el inicio es la presencia permanente de libros así como de referencias literarias a través de imágenes y objetos que son transformados para su uso decorativo. Así mismo se ha hecho un gran trabajo para lograr una armonía visual a pesar de la numerosa cantidad de objetos decorativos.
En cualquier otro tipo de decoración interior de casa, una tal cantidad de objetos podría resultar excesiva. Sin embargo, Lou ha logrado alcanzar un nivel delicioso entre la abundante referencia artística y la armonía visual que nos transporta por un universo de alto nivel. Más allá de los libros y obras visuales, nos ha gustado las permanentes referencias a artistas mediante el uso de accesorios como cojines o postes colocados de manera temática por rincón. Esta casa es sin duda un buen ejemplo para inspirarnos cuando vayamos querer crear un espacio interior decidido al arte.
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