Hace unas semanas, mi compañera Patch nos enseño un apartamento de 16 metros cuadrados, pero que en realidad era poco más que una habitación de hotel con una pequeña cocina, pues en su interior no había ninguna solución especialmente ingeniosa para ahorrar espacio, sino que simplemente había pocas cosas.
Por contra, hoy, en casas poco convencionales, os voy a mostrar un apartamento en Hong Kong realmente innovador. Aunque tiene casi el doble de superficie (unos 30 metros cuadrados), estamos ante un magnífico ejemplo de cómo se puede exprimir tan poco espacio para no tener que renunciar a ninguna de las comodidades que podemos gozar en casas mayores ¡Si hasta hay una bañera y una cama de invitados!
Desvelemos los misterios que se esconden tras sus paredes.
Como habréis podido intuir, la clave está, precisamente, en las paredes, que no son tal, sino armarios que ocultan otros armarios y que al desplazarse crean nuevos espacios.
Así, tras la gran estantería en la que luce la magnífica colección música de su dueño y diseñador, el arquitecto Gary Chang, se esconde la zona de lavandería y tras ella, sorpresa, una bañera. Para más inri, sobre ésta se puede desplegar una cama de invitados que se oculta en la pared cuando no la usamos. Sencillamente impresionante.
Pero la cosa no acaba aquí, la estantería situada justo enfrente se puede convertir en una mesa con un juego completo de sillas, transformando la sala en un comedor.
Si seguimos avanzando hacia el gran ventanal al fondo, tintado de amarillo para simular la luz del sol incluso en los días nublados, llegamos al segundo espacio multifunción.
Con la cama desplegada hace las veces de dormitorio y si la ocultamos se convierte en salón, gracias al pequeño sofá situado bajo la cama, que no debe ser demasiado cómodo, pero que cumple su cometido correctamente.
Pero lo verdaderamente sorprendente es que tras la televisión se encuentra nada más y nada menos que una cocina completa. Con sus fuegos, sus fregadero, su nevera… no le falta detalle, incluso la parte de detrás del mueble de la televisión se abre y revela un minibar y una nueva zona de trabajo.
Como guinda final, apretando un botón, una gran pantalla de proyección desciende del techo tapando la ventana, para poder disfrutar del cine y los videojuegos con todo lujo de detalles tumbado en la hamaca que se puede colgar en la sala.
Desde luego, está claro que Gary ha pensado hasta el último detalle de su apartamento en Hong Kong y creo que estaremos todos de acuerdo en que se merece un puesto de honor en nuestra lista de casas poco convencionales.
Os dejo con un video en el que podéis ver con todo lujo de detalles como funciona el ingenioso sistema. Aunque está en inglés, las imágenes hablan por si solas.
Vía | Toxel
Imágenes vía | Marcel Lam para el New York Times
Más información | New York Times
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