Este fin de semana volvemos a Barcelona para visitar un gran piso del l’Eixample ubicado en un edificio cargado de referencias modernismo catalán. El piso esta ubicado en un edificio diseñado entre 1907 y 1909 por el arquitecto Arnau Calvet y Peyronill y, su interior, oculta numerosos tesoros de este periodo.
Sus 166 m2 han sido recientemente reformados por el estudio de arquitectura de E32 y su objetivo ha sido, además de adaptarse a las necesidades y personalidad de sus nuevos propietarios, la recuperación y complementación de estos elementos originales. Especialmente del suelo, donde se ha llevado a cabo una minuciosa labor de restauración artesanal.
Los suelos originales de la casa son todo un muestrario de mosaicos "Nolla", uno de los los primeros pavimentos cerámicos de altas prestaciones que se introdujo en España a mediados del siglo XIX. Este tipo de mosaicos consta de pequeñas piezas de gres, con distintos colores y formas. Sus distintas composiciones generan patrones y diseños de alto valor artístico. En un solo m2 pueden haber hasta 400 piezas.
Su manipulación ha requerido de un delicado trabajo artesanal que ha incluido su saneamiento, limpiando y volviendo a situar las piezas originales.
Otro aspecto a tratar en la reforma ha sido cuidar la sensibilidad artística de sus nuevos propietarios y en el piso son protagonistas las obras de arte de distintos estilos y una gran librería en el salón.
A pesar de que la recuperación de los elementos originales ha sido el punto central de la reforma, la innovación tecnológica y digital también ha tenido cabida en el proyecto con elementos revolucionarios y minimalistas que convierten el ambiente en una verdadera pieza contemporánea y vanguardista.
Detalle del baño con un sistema de iluminación de cromoterapia en el cuarto de baño.
Una nueva distribución
Los 166 m2 del piso se ubican en una sola planta a la que se accede por el centro a través de un gran distribuidor que divide el piso en dos zonas, el lado izquierdo y derecho, que antes de la reforma estaban muy compartimentadas (con varias salas y dos baños a cada lado).
La nueva distribución aprovecha esta división natural para colocar a un lado la zona de día y al otro la zona de noche o privada. Ahora, accediendo desde el recibidor, en el lado derecho se encuentran las funciones de día que incluyen una gran sala de estar con biblioteca, con una galería, -otro de los elementos clásicos de este tipo de viviendas- , y la cocina y el comedor, al otro lado uno frente al otro.
La galería a un lado de la sala aporta una bonita luz y una buena ventilación natural a esta estancia, además de poder disfrutar de un espacio tan agradable en el piso. El elemento principal de la sala de estar se caracteriza por una gran biblioteca, que se dispone a lo largo de toda la pared aprovechando la altura de la pared, convirtiendo lo que aparentemente es un factor decorativo en un elemento imprescindible y que da carácter y personalidad al proyecto.
La librería supone un reconociendo y valoración al intelecto y a la actitud del nuevo propietario hacia el conocimiento, el arte y la cultura.
Cocina con salpicadero de acero. En el suelo baldosa hexagonal de gres roja.
Finalmente, en el espacio mas central de la vivienda, pero aún en el lado derecho, se completa un dormitorio para invitados y un baño completo.
Desde el recibidor, a mano izquierda, se puede acceder a la zona de noche que incluye un distribuidor que da paso a un aseo, una habitación y el dormitorio principal con un estudio y baño en suite.
La suite principal y el estudio son las estancias que cuentan con balcones con vistas a la calle principal.
Proyecto de E32. Imágenes de Álvaro Valdecantos
En Decoesfera | Lección de estilo decorativo en este piso de Artaza (junto a Bilbao) de la interiorista Raquel González
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