Con casi 280 m2 este gran piso situado en Barcelona disfruta en sus amplios espacios de piezas de diseño de la segunda mitad del s.XX que enmarcan llamativas obras de arte. Los colores tostados y las paredes laminadas de madera son un fondo ideal para ello y dan como resultado un gran piso de estilo sobrio y con ambiente sesentero. Es como si una familia de la alta burguesía catalana estrenara piso.
Alex March ha sido el diseñador encargado de la reforma y decoración del piso de marcada personalidad. Un proyecto que ha disfrutado gracias a la gran sensibilidad y cultura de sus propietarios, quienes "buscaban un piso con un ambiente relajado pero con carácter, con piezas muy bien escogidas" como explica el interiorista.
En este piso todo fluye de manera relajada pero el conjunto resulta elegante al mismo tiempo. El blanco de los techos y las paredes acompañan a una paleta de colores y texturas neutras, como el suave parquet de madera de roble lo que da lugar a un ambiente relajado, cálido y luminoso.
En este ambiente destacan mejor los verdes, rojos, amarillos, ocres de los textiles y las distintas obras que cuelgan en las paredes.
El salón representa el carácter de la vivienda
El salón ya define el fuerte carácter del piso. En él destaca un confortable sofá de cuero blanco de la firma Pilma que se acompaña de dos mesitas de centro diseñadas por Patricia Urquiola para la firma Kettal: sobre una de ellas descansan dos piezas artesanales de cerámica realizadas por Mari Masot & Faye Sevilla Smith.
Entre los grandes ventanales, la pared frontal se ha panelado con madera de roble lo que contribuye a crear el efecto sesentero al conjunto. Sobre el aparador suspendido de Stockholm Slime (Punt Mobles) se apoya una obra pictórica del artista Iñaki Moreno. Uno de los modelos más icónicos del diseñador danés Hans J. Wegner, la silla Shell Chair CH07 tapizada en blanco se integra con su ligereza, también flotante, en esta vista.
Al otro lado del salón destaca las formas setenteras del sofá en cuero envejecido N701 de Etnicraft Sobre él, un toque chispeante: el rojo de una pareja de cuadros también de Iñaki Moreno.
Junto a estos elementos, armoniza las mesa auxiliar Cep, diseño de Cambres Design cuya base de madera curvada contribuye a dar dinamismo al espacio y sobre ella una lámpara de pino de Estiluz diseñada en los 60s.
Un rincón de lectura
A medio camino entre el salón y la cocina y el comedor, el gran tamaño del salón ha permitido crear un apetecible rincón de lectura que conecta ambos espacios. La butaca escogida para disfrutar de la lectura y el descanso ha sido el modelo Tartera de mediados de siglo diseño de Jordi Vilanova , tapizada en un verde muy oscuro. El conjunto se completa con el aparador Madeleine de la firma Habitat, con diseño en espiga está inspirado en los tradicionales parquets franceses de punto de Hungría.
Sobre ella, destaca el dorado de la base de la lámpara de sobremesa Dipping Light, de Jordi Canudas. La exclusividad de este espacio la conforma un biombo pintado a mano en los años 60. Una pieza única que destaca por sus tonalidades vivas estilo naïf y que contribuye a dar intimidad entre el salón y el comedor.
El comedor y la cocina escondida
La armonía cromática en la zona de comedor es absoluta. Tanto de día como de noche, destacan los discos en beige de la lámpara de suspensión Discocó de Marset, bajo ella se sitúa una mesa de comedor en roble macizo (el modelo Easel de Pilma) acompañadas por las sillas más clásicas de Stua, realizadas en madera moldeada y maciza de fresno.
A continuación la cocina pretende pasar desapercibida. Con esta intención de que prácticamente pase desapercibida, la cocina se ha trabajado desde la austeridad y la pureza de líneas, de tal modo que cede cualquier tipo de protagonismo a la zona de comedor. Se integra de manera discreta en éste a modo de cocina abierta, con armarios en blanco sin tiradores y una sutil grifería cromada.
Una zona de descanso donde predominan las fibras naturales
En la zona privada o habitaciones se sigue el mismo lenguaje que en el resto de la casa pero aquí para los acentos de color se han elegido las tonalidades ocres y amarillo que se mezclan con muchas texturas naturales. Los tejidos de fibras naturales visten las camas con textiles de lino y los cojines son White & Grey.
Para los cabeceros se ha escogido la fibra natural trenzada (de Indeko Contract) de pared a pared. Incluso el papel pintado de algunas paredes (de Coordoné) es también de fibras naturales.
En el cuarto de baño de colores neutros destaca el marco del espejo del baño, una pieza de los años 70 de Antigues Materies AM. El arte también está presente en los dormitorios con más pinturas de Iñaki Moreno, y cuadros estilo Pop para mantener el espíritu de los años 60 y 70.
El interiorista Alex March remata el efecto con abundantes plantas naturales entre las que destacan el cactus XXL del salón que también tiene reminiscencias setenteras, lo que acaba de dar el toque final de frescura y naturalidad a la vivienda.
Proyecto de Alex March. Fotos de Daniel Schäfer. Estilista: Erika G.