La cocina, y en especial la repostería, tienen algo de mágico. Haces una masa con harina, mantequilla, huevos, azúcar... la metes al horno, y donde había una masa pringosa y poco agradable a la vista, aparece un fantástico bizcocho. Y en el mundo de la decoración y el interiorismo sucede algo igual; de un espacio tirando a feo, y con una serie de pasos y reformas, podemos conseguir espacios bonitos y confortables.
Por eso nos gustan tanto los antes y después, porque nos permiten ver paso a paso la transformación de estancias poco agraciadas, y renacen como por arte de magia. Sobre todo, nos gustan los antes y después de las cocinas, y más, si no hay obras de por medio.
Hoy fijamos nuestro objetivo deco en esta cocina propiedad de Ritmo Mohan. Una cocina de los años 60 que no respetaba el estilo de la casa en la que se ubicaba. Era oscura, con poca luz, pintura gris, la encimera de formica estaba anticuada... Y además, tampoco era funcional, ya que no había tiradoras para abrir los cajones o los armarios. En este caso, sí que se realizaron algunas obras para lograr la transformación.
La reforma que Mohan planteó se inspira en los años 60, aunque está completamente adaptada a las necesidades del siglo XXI, y de la propia familia. Para empezar, pintaron los armarios con un elegante azul verdoso. También reubicaron el frigorífico para dejar más hueco para nuevos armarios.
Rhythm y su esposo también reemplazaron el protector contra salpicaduras de la década de los 2000 con baldosas de metro blancas. Para dar mayor iluminación, pusieron encimeras de terrazo de colores claros, y unas lámparas con forma de globo. La cocina también ha ganado superficie de trabajo, ya que la isla de cocina actual es más grande que la antigua.
Fotos | Ritmo Mohan
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