De pequeño, ya debía despuntar mis deseos de ser arquitecto, porque siempre estaba construyendo cosas. Bien con bloques de madera, con mi añorado TENTE --mucho mejor que Lego, donde va a parar-- con cajas... y, a medida que crecía, hasta una casita en un árbol, con nefastas consecuencias, todo sea dicho.
Es importante estimular a los niños desde muy niños, valga la redundancia, y una de la mejores maneras de hacerlo es con juguetes versátiles y modulables, que les obliguen a usar su incipiente inteligencia para cambiar su forma y darles nuevos usos.
Un buen ejemplo es Tukluk, un juego de casitas muy especial basado en la forma de un triángulo. Sus diseñadores, Benedikt Kirstch y Katharina Schildgen, han ideado un ingenioso sistema de imanes que permite montar y desmontar la estructura con facilidad. Además, el triángulo es la única forma geométrica indeformable, por lo que es muy estable. Así se evitan las caídas tontas y los brazos rotos que provocan las casas de los árboles.
Vía | Swiss Miss Más información | Dasmöbel En Decoesfera | Growing table, la mesa que crece con tus hijos
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