María Lancha
EditorReformar una casa o hacerla desde el principio es una oportunidad emocionante para transformar un espacio y adaptarlo a nuestras necesidades y estilo de vida, para siempre. Pero también puede convertirse en una fuente de frustración (y de facturas desorbitadas) si se cometen ciertos errores que, aunque comunes, son completamente evitables.
Como interiorista, Carmen Vontrueba (@vontrueba) afirma haber visto una y otra vez cómo decisiones mal planificadas pueden arruinar un bien proyecto… y su presupuesto. Por eso, es importante tener en cuenta los errores caros más frecuentes que ella misma encuentra en reformas, y cómo evitarlos para que tu reforma no solo sea bonita, sino también funcional y rentable.
Tirar tabiques sin una distribución pensada
Vía @vontrueba
La tendencia de los espacios diáfanos ha calado fuerte. Y es comprensible, este tipo de espacios dan más luz, más amplitud y una sensación de libertad increíble, pero hay un problema: tirar tabiques sin pensar en la nueva distribución completa puede ser un error muy caro.
Esos muros que eliminamos, muchas veces albergan zonas de almacenamiento esenciales, ayudan al confort térmico (imprescindible para ahorrar energía) o aportan aislamiento acústico entre estancias. Además, una mala decisión aquí puede llevar a rediseñar el proyecto sobre la marcha, lo que se traduce en más tiempo, más dinero y más frustración.
Por eso, antes de tirar nada, es importante que se trabaje con un plano completo. Piensa en cómo vivirás el espacio, dónde irá cada cosa, qué necesitas guardar y cómo fluye la circulación en casa. Eliminar un muro sin un plan puede costarte miles de euros... y calidad de vida.
Instalar la iluminación sin pensar en los usos reales del espacio
Vía @vontrueba
Otro error sorprendentemente habitual es instalar puntos de luz sin definir antes los usos de cada zona. Una lámpara en el centro del techo no sirve para todo. Primero, pregúntate, ¿Dónde lees? ¿Dónde cocinas? ¿Dónde trabajas o te relajas? Cada actividad necesita su tipo de luz y su ubicación estratégica.
De hecho, una mala iluminación puede provocar fatiga visual, espacios incómodos o poco acogedores y costes adicionales por tener que corregir la instalación después.
La solución es diseñar un plan de iluminación desde el principio, teniendo en cuenta tres capas: luz general, luz puntual (lectura, cocina, escritorio) y luz ambiental o decorativa. Piensa en cada espacio como una experiencia y dale la luz que necesita.
Poner ventanas sin tener en cuenta el mobiliario
Puede parecer una tontería, pero no lo es. Muchas veces se instalan ventanas sin pensar primero dónde irán los muebles. El resultado es que nos quedamos sin pared para colocar un sofá, una cama o una estantería. Aunque parece una tontería, muchas veces vemos la ventana solo como una fuente de luz o ventilación, sin integrarla en el diseño global.
Des este modo, desde el inicio del proyecto, piensa las ventanas como parte del conjunto, no como un elemento aislado. Un ventanal mal colocado puede arruinar la distribución de un salón, pero uno bien pensado puede realzarlo. "Las ventanas tienen que acompañarnos durante toro el proyecto y no ser un impedimento", reconoce la experta.
Pedir presupuesto sin un proyecto cerrado
Vía @vontrueba
Es más común de lo que debería, empezar a tomar decisiones sin tener un presupuesto claro y detallado. Pedimos presupuestos sobre la marcha, sin un proyecto cerrado, y entonces empezamos a improvisar. Y cuando improvisas en una reforma, pierdes dinero.
Además, cuando no hay un proyecto definido corres el riesgo de que los presupuestos no sean comparables, se multipliquen los imprevistos y el control del gasto desaparece.
Por eso, antes de pedir presupuestos, asegúrate de tener un proyecto bien definido, con planos, materiales, medidas y objetivos claros. Solo así obtendrás cifras reales, evitarás sustos y podrás tomar decisiones basadas en datos, no en suposiciones.
Fotografías | Instagram de Carmen Vontrueba
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