Siete errores en el riego del tomate que arruinarán tu cosecha

Evitando estos errores al regar las tomateras tendrás una cosecha abundante

Errores al regar los tomates
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Entre las hortalizas que podemos cultivar en nuestro huerto, los tomares son una de las plantas más fáciles de cuidar. Tan solo hacen falta unos sencillos cuidados y unas guías para que la tomatera pueda crecer.

Entre esos cuidados en los que deberás tener cuidado para que tu tomatera crezca fuerte y saludable destaca sin duda el riego. Sobre todo entre los primerizos, hay miedo de pasarse o de quedarse corto con el agua.

Y ese miedo no es baladí, ya que los tomates suelen ser muy sensibles tanto a la falta de agua como al exceso de riego. Por eso hoy vamos a intentar corregir algunos de esos errores que se suelen cometer al cultivar tomates.

Errores que no debemos cometer al cultivar tomates

  • Regar poco los tomates. Si riegas poco la tomatera, llevarás a la planta a sufrir estrés hídrico.
  • Pasarte con el riego. Tan malo como quedarte corto con el riego es pasarte con el agua. Si riegas demasiado las tomateras y encharcas el sustrato limitarás el oxígeno del cultivo, las raíces se atrofiarán, y la planta no podrá tomar los minerales y nutrientes que necesita. Además, el encharcamiento puede provocar enfermedades causadas por la aparición de hongos.
  • Regar por la noche. El riego nocturno propicia la aparición de hongos, ya que estos crecen con la humedad.
  • Mojar en exceso las hojas, flores y frutos de la planta. Esto es algo muy habitual cuando se cultiva la planta en maceta, pero no es nada saludable para el correcto desarrollo de la planta.
Errores al regar los tomates
  • Regar con agua del pozo. Tampoco es recomendable regar con agua de pozos. Por un lado, el agua de los pozos suele estar demasiado fría, y esa fluctuación de temperatura no es buena para el tomate. Por otro lado, no sabemos si el agua del pozo puede estar contaminada a causa de las filtraciones de insecticidas y herbicidas. En estos casos, es mejor analizar el agua del pozo antes de utilizarla.
  • Utilizar agua con cloro. Aunque el agua clorada mata microorganismos nocivos, también mata a los que son beneficiosos y ayudan a mejorar la absorción de nutrientes por las raíces. En este sentido, lo mejor es reutilizar agua de lluvia (ya que contiene menos cal y sales disueltas), o dejar reposar el agua antes de regar.
  • Regar demasiado deprisa. A la hora de regar el tomate, es mejor regar despacito para que el sustrato pueda absorber el agua. Esta debe introducirse 15 o 20 cm por debajo del suelo para estimular el crecimiento de las raíces, y eso se logra regando lentamente.

Fotografías | Freepik, Wirestock en Freepik

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