Los huevos son un ingrediente imprescindible en nuestras cocinas. Frito, hervido, escalfado, para hacer un revuelto, una tortilla o para hacer mahonesa. Da igual cómo lo elabores, sin este ingrediente, sería imposible cocinar muchos platos.
Al utilizarlos, la cáscara del huevo siempre acaba en la basura. Pero si quieres darle una utilidad, la cáscara de huevo puede ofrecer beneficios y vitalidad a las plantas que crecen en nuestro jardín.
¿El motivo? La cáscara de huevo contiene nitrógeno en forma de proteínas, que una vez descompuesta, ayuda a crecer a las plantas. La cáscara está compuesta en un 96% por carbonato cálcico, lo que constituye una fuente muy rica y ecológica de calcio.
Hay que tener en cuenta que tal y como explica un artículo publicado por la Universidad de Antioquía (Colombia), una de las principales funciones de la cáscara del huevo de gallina es servir como reserva mineral para el embrión del ave. En este sentido, el interior de la cáscara tiene calcio fácilmente asimilable para que el embrión pueda desarrollarse una vez que la gallina ha realizado la puesta.
¿Cómo puede ayudar la cáscara de huevo a tus plantas?
Cuando la cáscara de huevo de gallina se ha deshecho, es una fuente de calcio y de otros nutrientes esenciales. El calcio, el potasio y el magnesio contribuye al crecimiento celular y a la formación de estructuras celulares vegetales. Al descomponerse lentamente, es un fertilizante de larga duración liberando nutrientes esenciales con el tiempo.
Además, el calcio de las cáscaras de huevo puede ayudar a equilibrar el pH del suelo, especialmente en suelos ácidos. Por otro lado, antes de que el huevo se descomponga, la cáscara de huevo triturada es una barrera que actúa de repelente natural frente a plagas como babosas y caracoles, ya que sus aristas en punta pueden pinchar a estos seres.
Una infusión con cáscara de huevo
Otra forma de utilizar la cáscara de huevo es preparando una infusión con ella. Puedes elaborar esta infusión machacando seis cáscaras de huevo, que echarás en una sopera con tres litros de agua que deberás llevar a ebullición. Después, deberás dejar que la mezcla se enfríe antes de usarla para regar tus plantas.
La mejor época para regar tus plantas con esta infusión es la primavera, durante su fase de crecimiento activo, con el fin de fortalecer el sistema radicular de las plantas.
Fotografías | CA Creative en Unsplash, Mirko Fabian en Unsplash
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