En los últimos años la albahaca se ha convertido en un básico imprescindible para muchas de las elaboraciones en nuestra cocina. No siempre ha sido así, pero cada vez somos más los que incluimos pesto o directamente hojas de albahaca en muchas de nuestras recetas y ahora que termina el invierno y comienza la primavera estamos en el momento idóneo para cultivarla.
Cómo plantar la albahaca
A la hora de incorporar albahaca como planta en nuestro hogar tenemos principalmente 3 opciones: cultivar a partir de semillas, plantar a partir de esquejes o comprar una planta ya desarrollada y limitarnos a mantenerla. En el caso de la albahaca cualquiera de las opciones resulta bastante sencilla buenos resultados si contamos con las condiciones adecuadas. La albahaca necesita mucha luz, tierra fértil y humedad y sufre mucho con el frío.
Si optamos por el plan de las semillas, conviene que sembremos a poca profundidad y mantengamos el semillero a la sombra hasta que germine, aproximadamente las primeras dos semanas. Marzo es un mes idóneo para plantar en zonas cálidas, en las zonas frías es mejor esperar un poco más, hasta el mes de abril. Un par de meses después de la siembra estaremos en el momento apropiado para trasplantar a la maceta definitiva.
En el caso de los esquejes debemos ponerlos en primer lugar en agua hasta que echen raíces, para plantarlos con cuidado a continuación y si la planta ya viene crecida únicamente debemos decidir si dejarla en la misma maceta de compra o transplantarla a una más adecuada.
Cuidados de la albahaca
Dentro de las aromáticas la albahaca es de las más sencillas de cultivar, únicamente hay que tener en cuenta que la dañan fácilmente las heladas, se adapta mejor a un clima cálido, por lo que deberemos elegir para ella una zona de la vivienda donde no se exponga a mucho frío. Pero, también en las épocas de calor hay que tener cuidado con el riego porque es una planta que se puede deshidratar fácilmente. A la hora de regarla, conviene regarla en cantidades pequeñas con mucha frecuencia, al contrario de lo que prefieren la mayoría.
En cuanto al suelo lo prefiere húmedo, rico y con un buen drenaje y, si bien, conviene abonar la tierra antes de la siembra, no es bueno pasarse con los fertilizantes si cultivamos albahaca para uso culinario, porque podrían afectar a su sabor.
Cuando la planta ya tiene hojas aptas para cocinar y comer, algo que debería suceder aproximadamente un mes y medio después del trasplante, para cosechar cortaremos los extremos de los tallos, de entre 10 y 20 cm de longitud, antes de su floración y siempre encima de la yema para que pueda seguir vegetando y no pierdan su sabor las hojas.
Fotos | Tookapic en Pixabay, kkolosov en Pixabay y seeandfeel2017 en Pixabay
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