Nos encanta tener plantas en casa. Además de decorar y dar un toque natural a cualquier espacio o rincón, nos ayudan a purificar el aire y también ayudan a crear ambientes más confortables y relajantes.
Pero tener plantas en casa no es tan fácil como parece. Hay que buscarles el rincón adecuado, estudiar qué tipo de plantas se adaptarán mejor al ambiente y a la luminosidad de nuestra casa, sacar que variedades se adaptarán a nuestro ritmo de vida (si viajamos mucho, si tenemos poco tiempo para cuidarlas por el trabajo o porque somos familia numerosa...).
También deberemos aprender qué necesidades y cuidados requieren, y encontrar esos pequeños trucos que nos ayudarán a que la planta crezca y se desarrolle fuerte y sin problemas.
Porque además de pautas de riego, poda o de dónde colocar la planta por temas de luz, también es importante cuidar los abonos que le proporcionan la energía que necesitan.
El abono natural que tus plantas necesitan para crecer como nunca
Más allá de los abonos químicos que muchas personas utilizan, lo cierto es que cada vez más plantlovers usan remedios caseros para fertilizar sus plantas. Y más allá de remedios como los posos de café, las cascaras de naranja, la cerveza o la levadura, hay otro abono natural que está destacando sobremanera: la clorofila.
La clorofila es un pigmento esencial que desempeña un papel fundamental en la fotosíntesis, al ser responsable de captar la luz solar y convertirla en la energía química que la planta necesita, produciendo así glucosa. Sin suficiente clorofila, las plantas no pueden producir la energía que necesitan para desarrollarse.
De hecho, si vemos que una planta pierde su color verde intenso, que sus hojas se vuelven amarillas, o que no crece al ritmo que debería, lo más probable es que le falte clorofila. Y aportándole este pigmento, conocido también como el oro verde, conseguiremos estimular un crecimiento vigoroso e incluso recuperar plantas que estaban mustias y debilitadas.
Cómo hacer un fertilizante con clorofila
Para preparar este fertilizante casero tendrás que recolectar las hojas más verdes de las plantas que tengas en casa. De hecho, contra más verdes estén, más clorofila tendrán.
Después, deberás verter un litro de agua al vaso de una licuadora, añadiendo las hojas verdes que acabas de coger. Pon en marcha la licuadora para triturar las hojas, y que se vayan mezclando con el agua.
Cuando las hojas estén bien trituradas, deberás colar el líquido resultante, y calentarlo al baño maría entre 5 y 10 minutos. Así, extraerás toda la clorofila de las hojas.
Para acabar, y cuando el líquido esté frío, ya tan solo queda regar tus plantas con esta mezcla cada 15 días.
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