Plantar tomates en casa es una tendencia al alza en huertos, jardines e incluso en la terraza si los plantas en macetas. Porque a todos nos gusta ver cómo crecen los tomates lentamente, y poder recogerlos para preparar una rica ensalada, un gazpacho o un salmorejo.
Además de rutinas como el riego adecuado en cantidad y frecuencia, hay otra tarea fundamental si queremos tener una cosecha de tomates rica y abundante. Sí, estamos hablando de la poda.
Cuándo podar los tomates
Para empezar, hay que diferenciar distintos tipos de poda para saber así cuándo hay que llevar a cabo cada una de ellas.
- La poda de brotes o desbrote. En esta poda se eliminan los chupones de los tomates, y hay que hacerla una o dos veces a la semana durante los meses cálidos. Los chupones son brotes de los que se desarrollan nuevos tallos, con sus hojas y frutos. Y desde la llegada de la primavera, una tomatera comienza a producir gran cantidad de estos brotes, y hay que eliminarlos antes de que crezcan demasiado.
- El deshojado o deshoje de mantenimiento. Hay que hacerlo de forma regular, eliminando las hojas que se van marchitando, o aquellas que veamos que están dañadas. Así la planta se puede concentrar en alimentar sus partes sanas.
- El despunte. Hay que realizarlo un mes y medio antes de la llegada del frío, cuando creamos que la tomatera no va a poder desarrollar nuevos frutos antes de que bajen las temperaturas.
Cómo podar los tomates
A la hora de podar los tomates, un experto en horticultura recomienda en su canal de YouTube con un exitoso canal quitar las hojas de los tomates altos más indeterminados.
Lo que no hay que hacer en ningún caso es eliminar las hojas de las ramas de crecimiento bajo, ya que no crecerán nuevas hojas en ellos ¿El motivo? Que estas hojas tienen una importancia clave para que la planta haga la fotosíntesis, ayudando a que absorba los nutrientes que necesita para desarrollarse.
Este youtuber explica que cuando las tomateras tienen pocas hojas, los tomates grandes no crecen lo suficiente, y la planta comenzará a perder flores a causa de la pérdida de hojas.
Por contra, las primeras hojas de los tomates más altos deben eliminarse dos o tres semanas después de plantar los planteles en su emplazamiento definitivo, cortando un par de hojas por semana. Estas hojas viejas ya no realizan la fotosíntesis, pero sí que absorben nutrientes.
Si cortas estas hojas, no crecerá los racimos de tomate
Un punto muy importante dentro del proceso de poda es que no hay que eliminar en ningún caso las hojas que están por encima de los racimos de tomate, ya que nutren y hacer crecer a los tomates que se desarrollan en esa rama.
Si cortas esas hojas cercana a los racimos, tus tomates no crecerán como deberían, y tampoco tendrán el sabor deseado. Esas hojas se pueden eliminar cuando los tomates hayan madurado.
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