Disfrutando ya de las vacaciones de Semana Santa, algunos habréis elegido una isla tan maravillosa como Formentera para desconectar de la rutina y tal vez estéis buscando restaurante. Una buena opción puede ser la sucursal veraniega del popular restaurante madrileño Maricastaña, punto de encuentro de la Formentera bohemia, interior y alternativa. El restaurante está situado en Sant Ferran de Ses Roques, pueblo que representa el espíritu de la isla y la esencia del Mediterráneo.
Tras el éxito de Maricastaña, Dray Martina y El Imparcial en Madrid, los promotores de este singular proyecto de restauración decidieron embarcarse en una nueva aventura con un destino vacacional en mente como es Formentera, un lugar idóneo para acoger un concepto donde decoración y gastronomía son los protagonistas, y cuyo fin es hacer disfrutar a los clientes tanto del paladar como del resto de los sentidos.
Sant Ferrán de Ses Roques es un pequeño y tranquilo pueblo cuyos primeros visitantes fueron hippies buscando una vida sencilla, mezclándose con sus habitantes. Hoy, es uno de los pocos lugares de la isla que apenas ha cambiado, y todavía brilla en él ese aura que lo caracterizó en décadas pasadas, conservando la autenticidad y el toque bohemio con el que se impregnó en los años 60.
El amplio espacio de Maricastaña Formentera cuenta con una gran terraza cuya estructura está atravesada por los troncos de viejas palmeras. El local, que antiguamente sirvió para celebrar los enlaces de los lugareños, parece haber retenido ese espíritu alegre de estas celebraciones y cuenta con un club que promete convertirse en uno de los lugares más divertidos de la isla.

En la decoración se ha buscado reflejar el espíritu mediterráneo y abundan las referencias locales. Materiales autóctonos como la caña, con la que se han forrado paredes y techos, rafia en sillas y lámparas, el color blanco de la arena de las playas de la isla como escenario para chumberas, palmeras, olivos, velas y guirnaldas que iluminan y ambientan la terraza durante las noches de verano.
El mobiliario está compuesto por una rica mezcla de objetos venidos de: Dinamarca, Holanda, Portugal, España, Francia o Túnez. Alguna pieza de anticuario convive con sillas de mimbre de Sika-Design, mesitas de HK Living, lámparas de Light Years, el sillón mariposa de Bloomingville o lámparas de fibras naturales de Cinq Étoiles, con otras creadas en exclusiva para el espacio como la pieza de azulejo portugués vidriado a mano con el neón “This way” que da acceso al club.
Añadir, además, que a mi me encanta especialmente porque el nombre de Maricastaña forma parte de una expresión que tiene su origen en la cultura popular gallega, refiriéndose a cualquier cosa que haya sucedido en tiempos muy antiguos, “en tiempos de Maricastaña”. María Castaña fue una mujer del siglo XIV, un personaje reivindicado en tiempos recientes, visibilizando la historia de las mujeres, como una protagonista de acontecimientos importantes de la historia de Galicia, ya que encabezó una revuelta contra el señor feudal, encarnado por entonces por el obispo de Lugo... y que compartiría la suerte de millones de mujeres labriegas.
Más información | Maricastaña Formentera
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