Artesanía africana ¿piensas que no tiene cabida en tu decoración?

Cuando era adolescente me invitaron a pasar el fin de semana en la casa de campo de un coleccionista de máscaras rituales africanas y tengo que reconocer que no pegué ojo con la sensación de que me observaban desde todos los ángulos de la habitación de invitados. Pero está claro que la artesanía africana es mucho más que máscaras terroríficas.

Y no me refiero a la decoración marroquí, que siempre ha gustado en España y tiene su rinconcito en casi cualquier estilo de decoración, sino a la artesanía del resto de África, basada en los famosos batik, la piedra, la cerámica y la cestería.

Dejando claro que no tengo nada en contra de las máscaras (si no están en dormitorios) y que de hecho tengo varias figuras masai talladas en piedra volcánica sudafricana y algunas moldeadas de barro de animales africanos, que ocupan lugar destacado en el salón, esta vez vamos a prestar atención a la cestería, la cerámica y los textiles.

Preciosas cerámicas, tan decorativas como cualquiera de nuestras apreciadas Talavera o Puente del Arzobispo, tanto para utilizar como para colgar por las paredes.

Al igual que los textiles estampados por la ancestral técnica del batik, de colores vivos que son un recordatorio del exotismo africano, perfectos para alegres almohadones o alfombras artísticas. También a modo de tapices, sobre las paredes o enmarcados, ya que muchos son auténticas obras de arte... y artesanía.

Cestas y cestos cuya doble función de decoración y almacenaje, con alegres colores y tamaños y formas que nunca soñarías encontrar en Europa. Miles de cestos que nos llegan de la mano de proyectos de Organizaciones No Gubernamentales, más amigas de dar la caña mejor que el pescado, es decir, que ayudan a ayudarse.

Cestos zulúes realizados con hojas de palmera, bandejas de sisal perfectas para centro de mesa en la terraza o las famosas cestas y bandejas hechas con plásticos reciclados o cables desechados desde el primer mundo.