No todas las lámparas solares se compran. Algunas se fabrican con calma, gusto y un poco de ingenio. Así lo demuestra el último hack viral en redes, donde los cubremacetas de Ikea —esos con textura artesanal y acabado rústico— se transforman en lámparas solares colgantes tan decorativas como funcionales.
El truco es sencillo: se utiliza un cubremaceta comola Fridfull de Ikea, de 3,99 euros (preferiblemente de fibras naturales con aspecto hecho a mano) como cuerpo de la lámpara puesto al revés. Se corta cuidadosamente un pequeño cuadrado en la base —el reverso del cubremaceta— y se inserta una bombilla LED conectada a un pequeño módulo solar.
Con mando a distancia
Este módulo se puede comprar por separado e incluye placa solar, batería y, en muchos casos, un sensor crepuscular y mando a distancia para encender o apagar la luz sin moverse del sofá.
Una vez ensamblado el sistema, se cuelga la lámpara con cuerda, alambre o incluso con las asas que algunos modelos ya incluyen. Al no requerir enchufes ni instalación eléctrica, pueden colocarse en balcones, pérgolas o patios sin complicaciones.
Este tipo de proyecto refleja una tendencia clara: adaptar objetos comunes a nuestras necesidades reales. En lugar de comprar lámparas solares estándar, muchos prefieren crear una propia con materiales asequibles, estética cuidada y la satisfacción de hacerlo con las manos. Por menos de 15 euros y sin herramientas complejas, puedes tener una luminaria única que se recarga con el sol y aporta calidez ambiental.
La estética también cuenta. Al partir de cubremacetas con efecto artesanal, el resultado final tiene una belleza natural, entre lo bohemio y lo escandinavo, que encaja con cualquier terraza o jardín. No es una lámpara que simula lujo: es una lámpara honesta, hecha con intención.
Y, como siempre en el DIY, no hay dos iguales. Puedes elegir el tamaño del cubremaceta, el tipo de bombilla (cálida o fría), la intensidad lumínica o incluso incorporar un difusor interior con tela o papel vegetal. La posibilidad de controlarla a distancia añade un plus de comodidad sin perder el espíritu sencillo del proyecto.
Este hack no solo es decorativo. Reutiliza materiales, funciona con energía solar y evita enchufes, lo que reduce tanto el consumo eléctrico como la huella ambiental. Y al estar hecho a medida, también contribuye a una forma de consumo más consciente y personalizada.
Más que una lámpara, es un gesto. Una forma de decir que lo común puede volverse especial, que lo barato puede ser bello, y que con un poco de creatividad, tu terraza puede tener la luz más bonita del verano.

Con estas ideas, cualquiera puede conseguir para su hogar una lámpara de lo más especial y personalizado, ya que, aunque está hecha en base a productos de Ikea, no tiene parangón en el resto de hogares.
Fotos | Ikea
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