Diseñar una cocina pensada para personas mayores no es solo una cuestión estética, sino un ejercicio de funcionalidad, seguridad y confort. La cocina es uno de los espacios más utilizados del hogar y, también, uno de los que más riesgos puede entrañar si no está bien planificado.
Por eso, adaptar el mobiliario, la iluminación y los electrodomésticos a las necesidades reales de quienes la usan se convierte en una prioridad. Hoy, la decoración inteligente apuesta por cocinas que acompañan el ritmo de vida en todas las edades.
Mobiliario que se adapta a la persona
La accesibilidad comienza con una correcta elección del mobiliario. Elementos como hornos, microondas o lavavajillas colocados en altura facilitan el uso diario y evitan esfuerzos innecesarios. Sustituir puertas por cajones y gavetas permite ver y alcanzar el contenido de un solo vistazo, sin agacharse ni forzar posturas.
Armarios con bandejas extraíbles, especieros o sistemas interiores inteligentes convierten cada gesto cotidiano en algo más cómodo y seguro. Grandes firmas como Leroy Merlin o Cocinas ARTY apuestan por este enfoque, ofreciendo decenas de soluciones que permiten adaptar la cocina tanto al espacio como a la persona que la utiliza.
La altura adecuada
Uno de los aspectos más importantes en cocinas para personas mayores es la altura del mobiliario y de la encimera. Modelos como las cocinas Delinia ID permiten ajustar la altura gracias a patas regulables, diferentes espesores de encimera y zócalos más retranqueados, lo que mejora notablemente la postura corporal durante el uso diario.
Una encimera bien ajustada evita dolores de espalda y cuello, y facilita tareas tan habituales como cortar, cocinar o fregar. También es fundamental planificar bien la ubicación de los enchufes, no solo en pared, sino integrados en islas, laterales de muebles o mediante sistemas extraíbles desde la encimera, siempre al alcance y sin agacharse.
Muebles funcionales y accesibles
El interior de los muebles es tan importante como su diseño exterior. Las soluciones extraíbles garantizan que todo sea visible y accesible, incluso en zonas profundas. Organizadores de cajones, sistemas extensibles para utensilios u organizadores de cuchillos con protección aumentan la seguridad y el orden.
La recomendación es clara: más cajones y menos puertas. Los cajones permiten acceder al fondo sin esfuerzo y ver todo el contenido cómodamente. Y si hay muebles con puertas, lo ideal es que incorporen baldas extraíbles para mejorar su utilidad diaria y facilitar el movimiento de apertura.
En los muebles altos, una buena solución es optar por divisiones en dos alturas, es decir, utilizar la zona inferior para el uso diario y la superior para lo ocasional. Incluso es posible prescindir de armarios demasiado altos o evitar que lleguen hasta el techo si no son necesarios, adaptando el diseño a las rutinas reales del hogar.
Una buena iluminación
La iluminación es un elemento clave en cocinas para personas mayores. No basta con una luz general, sino que es esencial contar con iluminación puntual sobre la encimera para no forzar la vista al cortar, leer etiquetas o cocinar alimentos una vez que cae la noche y la cocina tiene poca iluminación.
Además, resulta muy práctico incorporar luces interiores en los muebles y sistemas con sensor de movimiento en el exterior, que se encienden automáticamente al acercarse. Este tipo de soluciones mejora la visibilidad, aporta seguridad y hace la cocina mucho más cómoda en cualquier momento del día.
Electrodomésticos que cuidan de ti
La tecnología también juega a favor del bienestar. Electrodomésticos con apagado de seguridad, control de temperatura del aceite, avisos de puerta abierta, autolimpieza pirolítica o programas automáticos facilitan el día a día y reducen riesgos.
Especial mención merecen el horno y el lavavajillas en columna o semicolumna. Al no tener que agacharse, se mejora la ergonomía y se reduce el riesgo al manipular recipientes calientes o cargar y descargar vajilla. Colocados a la altura adecuada, estos electrodomésticos hacen la cocina más segura y funcional.
Materiales fáciles de mantener y suelos seguros
El mantenimiento también cuenta. Elegir materiales resistentes y fáciles de limpiar, como encimeras de cuarzo o porcelánicas y frentes polilaminados, simplifica la limpieza diaria para personas con poca movilidad o cansancio acumulado durante todo el día.
En el suelo, la seguridad es prioritaria, por eso, es interesante elegir suelos antideslizantes que ayuden a prevenir caídas. Además, se pueden complementar con alfombras vinílicas en zonas de fregado o cocinado.
Las campanas integradas en el mobiliario son otra buena elección porque se ensucian menos, evitan golpes y sus filtros suelen poder lavarse en el lavavajillas, facilitando así su mantenimiento.
Fotografía de portada | Cocinas Santos
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