Una de las cosas que más nos gusta a los que amamos la decoración son los antes y después. Los cambios de look de las estancias de una casa son apasionantes y sobre todo cuando son renovaciones sin obras que consiguen espacios realmente acogedores con pequeños cambios que podemos hacer de forma sencilla por nosotros mismos.
Hoy os traemos uno de esos centrado en el dormitorio, la habitación de la casa más importante a nivel personal, por su privacidad y porque está destinada al relax y al descanso. Si queremos que nuestro cuarto sea nuestro refugio, nuestro lugar de confort en el que sentirnos siempre a gusto, es importante que prestemos atención a como lo decoramos y que nos esforcemos en cambiar todo aquello que sea mejorable en él.
En este antes y después, como ya hemos dicho no hay obras, solo algo de pintura, un cambio radical de textiles y la incorporación de un montón de detalles que son los que hacen que el cuarto se convierta en un espacio sigular. Si bien hay un hilo conductor global de la reforma en la búsqueda de la luminosidad y el confort, uso de colores refrescantes y claros que contrastan con la calidez de la madera. etc... Es evidente que mobiliario y piezas decorativas han sido adquiridas en su mayoría de forma independiente.
A veces nos obsesionamos con comprar todos los accesorios y complementos de una estancia al mismo tiempo y haciendo juego y hace ya mucho tiempo que no se trata de eso, sino de todo lo contrario. Son tendencia las mezclas, de artículos e incluso de estilo, los contrastes de colores y materiales, que son los que crean resultados realmente especiales y diferentes.
El verde se incorpora, no solo en la puerta y de forma sutil en la ropa de cama, sino también en una parte de la pared en la que se sitúa el cabecero. Se combina con blanco, porque eso permite multiplicar la luminosidad en la estancia y teniendo en cuenta que el cuarto no es demasiado grande y que solo recibe luz natural durante parte del día, la claridad en el conjunto del color, el verde y los otros, es importante.
Como ya hemos comentado el valor principal de este dormitorio está en el conjunto de detalles decorativos que conforman su estilo tan personal, ya que cada uno de ellos tiene su historia. No son adornos comprados para que encajen en la habitación, sino artículos comprados al gusto de la dueña de la casa o por impulso de ella en un día de compras y que uno a uno han ido añadiendo interés y personalidad al cuarto.
Esto nos recuerda lo importante que es que todo aquello de lo que nos rodeemos nos evoque recuerdos, nos relate una historia o nos ayude a generar buenas sensaciones. No hay que aspirar a un dormitorio de catálogo de tienda de muebles, ni a uno de revista, hay que tratar de crear siempre un dormitorio propio, particular y único y eso se logra eligiendo con mimo, o al azar, pero uno a uno todos los detalles que lo conforman.
Vía | Emily Henderson
En Decoesfera | Antes y después: de viejo y oscuro despacho, a dormitorio lleno de luz con zona de estudio o trabajo y Siete aspectos a tener en cuenta si queremos renovar el dormitorio, empezando por la orientación