A veces nos empeñamos en hacer transformaciones completas de cocinas, cuando con unos sencillos retoques podemos hacer cambios sencillamente espectaculares. Este es el caso de la cocina de Megan Zietz, una creadora de contenido neoyorkina que también es aficionada al bricolaje.
Cuando ella y su familia se mudaron de su antiguo apartamento a su nuevo hogar, la cocina tenía ese color marrón rojizo tan característico de hace unas cuentas décadas y que tan poco favorecedores resultan. Como no podía hacer reforma de esta cocina, Megan decidió aprovechar esos armarios retros y hacer cambios tan potentes en el resto de la cocina con el fin de integrarlos y dar un cambio total al espacio.
La solución, inundar la cocina de color para disimular sus armarios con pintura y papel pintado en el techo
Después de meses pensando qué hacer con su cocina, esta generadora de contenidos decidió llenar la cocina de color para que combinara con sus armarios rojos, y que estos pasaran más disimulados sin tener que incumplir las normas de los caseros. El color de los armarios, combinado con el gris topo de las pared y la encimera blanca brillante generaba una atmósfera muy anticuada.
En las paredes, Megan apostó por un color rojizo que combinaba y disimulaba el color de los armarios. Pero sin duda, el papel pintado del techo fue el cambio más potente y radical, con un modelo lleno de flores de alegres colores de WallpaperMurals. Tanto de pintar como de instalar el papel pintado del techo se encargaron la propia Megan junto a su marido David.
Una vez pintadas las paredes e instalado el papel pintado del techo, Mega cambió el feo plafón del techo por una lámpara de ratán e instaló unos nuevos pomos de gres en color rosa de H&M Home.
Además, cosió unas cortinas cortas en plan café y en color amarillo reutilizando unas cortinas viejas, y que instaló a mitad de ventana para dejar pasar la luz completamente por la parte superior, colgó maceteros en el ventanal y puso algunas cuadros.
Otra de las incorporaciones a la estancia fue una isla de cocina que Megan se encontró en una acera de Nueva York, tal y como cuenta en sus redes sociales. La recogió, la llevó a casa, la limpió y decidió pintarla en un color rompedor, en un azul eléctrico que también está presente en el papel pintado del techo.
Esta isla es plegable, tiene dos cajones y cuando está recogida y pegada a la pared los dos taburetes se meten dentro de la estructura. Cuando se abre, se forma una mesa que se extiende en el centro de la cocina, ofreciendo una superficie extra en la estancia. Para acabar con el conjunto y dar un toque de calidez, Megan también puso una alfombra en el centro de la cocina.
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