Si no habéis ido jamás a Barcelona, ya estáis tardando en conocer la obra de Gaudí, uno de esos artistas que inventó una nueva categoría para lo suyo, que era la arquitectura y que en muchas ocasiones se adentró con éxito en el mundo de la decoración. La casa Batlló es uno de esos lugares que los amantes de la decoración en busca de nuevas soluciones. Sí vosotros también sois fans de este catalán universal, os propongo llevarlo a vuestra cocina como hicieron los dueños de la casa que tenéis sobre estas líneas que cambiaron una decoración aburrida por un zócalo inspirado en Gaudí.
En este caso, lo que hicieron fue pintar de negro la superficie que tenemos en el “antes” y pegar encima trozos de cerámica, procedentes de platos rotos. Los platos están colocados formando círculos concéntricos y luego otros al azar, con lo que tenemos un mosaico de lo más original que nos permite jugar con las formas de los trocitos de platos que tengamos.
Si queréis imitar a los propietarios de la casa, podéis ir coleccionando platos para romperlos o preguntar a vuestros amigos si tienen alguno desparejado que no les interese conservar. Yo no os recomiendo comprarlos ex profeso para esto, pero entiendo que cada uno tiene sus prioridades.
Me gusta además cómo han hecho la reforma en la cocina, pintando de blanco la pared (que no sé si es amarilla o es que amarilleaba de puro viejo), y el acierto de haber puesto las estanterías sobre la cocina, con lo que eliminamos el vacío de la primera imagen. El suelo en negro también es un gran hallazgo ya que ganamos en facilidad de limpieza y se ven más los muebles blancos.
Imágenes vía | Design*Sponge
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