Este casa o chalet individual de casi 270 m2 en Bilbao necesitaba una buena reforma para cumplir con las necesidades de sus nuevos propietarios; una familia con tres hijos de 14, 11 y 4 años.
Su transformación se encargó a la interiorista Raquel González a la que se le presentó el proyecto como un lienzo en blanco aunque con la condición de de conservar y reubicar algunas piezas de mobiliario y decoración de su antigua vivienda. Además de esto, el reto más relevante que presentaba el proyecto era el de ganar luz natural a una vivienda a priori oscura, debido a su estructura original.
Para conseguir más luz la interiorista planteó una nueva distribución que requería eliminar o tirar algunos tabiques para hacer entrar más luz natural a las estancias que lo necesitaban, además de unificar todo a efectos de iluminación, carpinterías, suelos e instalaciones.
En la planta baja se encuentra la zona de vida de la familia. En esta planta se se encuentran el salón- comedor, la cocina espaciosa con un gran office, el aseo de cortesía, la suite principal con baño y un gran vestidor, tres habitaciones para los niños con un baño compartido, la habitación de invitados, el lavadero, y una piscina climatizada para su uso todo el año.
El recibidor
El recibidor es de tamaño y diseño imponente y sirve de adelanto a las posibilidades de la casa.
A la vivienda se accede a través de un imponente recibidor franqueado por dos columnas estructurales y amueblado con piezas y tapicería de estilo clásico afrancesado en tonos claros y a juego con el papel pintado de espiga de la pared.
Destaca ya desde la entrada a la vivienda el uso de molduras que protagonizan toda la vivienda, un elemento decorativo característico de la interiorista colocado a una altura de 140cm para conseguir un toque especial y elegante ya desde la entrada.
El salón comedor con dos alturas
Desde la entrada principal se accede directamente al salón-comedor a través de una puerta corredera de cristal que permite aislar el salón-comedor del resto de la casa pero que a la vez es un recurso para que la luz del salón llegue al recibidor.
El protagonismo de esta estancia de la casa se focaliza en la chimenea que divide el salón del comedor en dos espacios claramente definidos. Raquel González ha revestido la chimenea, que ya existía en la vivienda, de un espejo en color bronce, a juego con varios detalles y acabados en el mismo color, tanto del salón como del comedor.
Las ligeras molduras toman de nuevo el protagonismo en las paredes del salón- comedor, potenciando el estilo clásico del espacio. En contraste, el mobiliario y los textiles tienen un papel más actual.
La mesa de comedor se diseñó a medida a juego con una vitrina donde poder almacenar principalmente la vajilla y la cristalería, y se escogieron unas sillas de comedor inspiradas en la CH24 de Carl Hansen.
Para la televisión de este salón, se ha diseñado un mueble a medida con librería y puertas cerradas que la ocultan cuando no esta en uso.
La mesa de centro muy pensada para el proyecto y para las necesidades que tenía la familia para esta estancia. Un diseño de estructura contemporánea en negro y doble sobre en cristal que consigue aligerar la pieza aportando doble capacidad de almacenamiento. El sofá, también diseñado por el estudio, se ha tapizado con un ribete a juego con varios elementos negros de la estancia.
Aseo de cortesía
A mano derecha en el hall, se sitúa un pequeño aseo de cortesía en el que el protagonista es el papel pintado en tonos suaves y delicados (azules y beiges) inspirado en los ikats.
La cocina con comedor
En la planta baja y frente a la escalera que lleva a las diferentes
plantas se encuentra la preciosa cocina de estilo atemporal con muebles de Schmidt. Esta cocina cuenta con una distribución muy cómoda porque cuenta con zona de trabajo y cocción, y un office, separados por una península que hace las funciones de zona de trabajo y de barra para desayunos o comidas informales.
Para los muebles se ha escogido un elegante tono piedra muy claro a partir de un mobiliario de líneas clásicas actualizadas con puertas plafonadas y tiradores de acero, a juego con la encimera y el frontal en un porcelánico blanco veteado de Neolith.
En la zona office se ha utilizado el mismo papel de la pared que en la cocina y se han escogido textiles a juego con estampado vichy que, combinados con mobiliario en madera, generan un rincón familiar, cálido y acogedor dentro de la cocina.
Como elemento unificador de ambos ambientes, el suelo de toda
la estancia se ha instalado en un porcelánico en tono piedra a tono
con el mobiliario, que genera un ambiente cálido y sosegado en todo
el conjunto.
Zona de noche o dormitorios
También en la planta baja, pero en sentido opuesto a la cocina, se abre un
pasillo desde el que se accede a los dormitorios de la vivienda.
Dormitorio del niño
Para el dormitorio del niño (11 años) se escogió un estilo no infantil, para que pudiera crecer con él. En este espacio se repiten los tonos azules y grises que predominan en el resto de la casa. En este espacio calmado destaca el papel pintado de La Maison Walls de la pared del cabecero, un diseño masculino en tonos neutros a juego con los textiles del resto del dormitorio. La mayoría de los muebles, el escritorio, la mesita de noche y el cabecero, son diseño de Raquel González en tono blanco y laca color piedra.
Dormitorio de la niña pequeña
Frente al dormitorio del niño se encuentra el dormitorio de la hija pequeña,
protagonizado por un papel pintado en tono beige a juego con el tapizado de las puertas de los armarios. Aprovechando el espacio que quedaba entre el armario empotrado y la ventana, se ha incluido un pequeño escritorio a medida. La litera en escalera es un diseñado a medida del estudio de la interiorista.
Dormitorio hija mayor
Al final del pasillo, justo enfrente de la suite principal, se sitúa el dormitorio de la hija mayor en el que, a petición de ésta, son los tonos grises los que protagonizan la habitación a través de un papel pintado de Bloompapers con una rayita negra muy sutil, un cabecero en gris antracita, mobiliario con estructura en color negro combinado con madera e iluminación también en negro.
Los textiles de los cojines y el plaid se han escogido en azules, rosas y
blancos para suavizar y endulzar el resultado final de la decoración en
grises y negros.
El baño de los niños
Los tres dormitorios de los hijos comparten el baño que se sitúa entre el dormitorio del niño y de la hija mayor. Se ha usado un porcelánico en suelo y paredes con un mueble a medida de líneas rectas y acabado contemporáneo bajo los lavabos. La ducha se ha podido diseñar amplia y cómoda gracias a las dimensiones del baño que, además, disfruta de
mucha luz natural.
El dormitorio en suite
Al final del pasillo de las habitaciones y en un extremo de la vivienda se encuentra la suite, que cuenta con dormitorio, vestidor y baño completo.
El dormitorio se separa del vestidor por una pared a los pies de la cama que da acceso por ambos lados al vestidor. "De esta manera conseguíamos mejorar la circulación por la suite y, aunque esta estancia es muy luminosa, conseguíamos que la luz natural circulara de forma más uniforme por toda ella", explica Raquel González.
En la suite destaca una paleta cromática suave realzada por el color mostaza y el azul en los textiles, tanto en la ropa de cama como en las caídas de la ventana. Pero es en la cama, que ocupa la parte central de la zona de noche, donde los textiles juegan un papel esencial para realzar su protagonismo.
Se ha escogido una moqueta en el mismo tono suave que las paredes para
conseguir un ambiente más acogedor y confortable.
El impresionante vestidor de la suite se divide en cuatro zonas, una de mujer, otra de hombre, un zapatero y una zona para la ropa blanca de
la casa. Todo organizado por Tamara Calvo, organizadora profesional.
Las puertas de los armarios se han tapizado en una tela color tostado para darle un aspecto más acogedor a tantos metros de armarios de suelo a techo y se ha iluminado toda la zona con un carril con foco técnico que permite dirigir la iluminación.
El baño de la suite se sitúa en uno de los laterales del vestidor. Este espacio contaba con un revestimiento de mármol travertino que decidieron conservar. Para este espacio se diseño a medida un mueble clásico lacado en blanco que sigue la línea de molduras de la zona de día de la vivienda.
El jardín
El jardín rodea toda la vivienda y la zona de estar del porche se distribuye, al igual que en el interior, en dos ambientes: una zona de estar con dos sofás, un sillón y una mesa de centro, y otra de comedor, compuesta de mesa y seis sillas, todo ello con mobiliario actual contemporáneo escogido especialmente para exteriores y varios faroles y velas de exterior para aportar una luz mágica en los atardeceres y las noches al exterior.
Proyecto Raquel González Interiorismo. Imágenes David Montero.
Estilismo Cristina Rodríguez Goitia
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