Esta casa de 238 m2 distribuidos en dos plantas está situada en Queensland, Australia, y ha sido objeto de una rehabilitación integral gracias a la cual, se ha convertido en una casa que llama la atención tanto por su interior como por su exterior.
Esta ambiciosa transformación ha sido obra del estudio de arquitectura australiano de Alexandra Buchanan.
El objetivo de la reforma ha sido, por un lado, adaptar el espacio a los nuevos propietarios, -una joven familia que está creciendo-, y, de paso, crear una nueva circulación que estableciera una conexión y una relación entre los amplios jardines delanteros y traseros.
Para ello han modificado la compartimentada distribución inicial en espacios más amplios y luminosos entre los que destaca la impresionante cocina en la planta baja, abierta a una de las zonas exteriores.
Para aumentar la luz y la sensación de apertura se han abierto nuevos huecos en la fachada con grandes puertas de cristal de suelo a techo que se sitúan en cada extremo de la casa, lo que consigue crear una conexión perfecta entre los jardines delanteros y traseros con la casa como espacio intermedio.
En el interior, han usado una paleta de materiales y colores restringida. De obra, solo se ha incorporado el color a través de la madera de los suelos de roble y el acero oscuro de las carpinterías.El blanco y el negro son la base neutra que ha permitido a los clientes introducir con éxito el color y la vitalidad en su nuevo hogar gracias a los alegres cuadros, a los papeles pintados y a los bellos textiles.
La fachada ventilada con listones de madera dispuestos en vertical y el balcón de la fachada frontal de la casa, también son nuevos. Los listones de madera además crean unas bonitas sombras en el exterior y definen la entrada.
Como resultado, la nueva fachada frontal da "Barlow House" (el nombre de la casa), una nueva identidad.
Vía Alexandra Buchanan Architecture Fotografía de Toby Scott
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