Si bien hace pocos días os enseñaba una casa en México de estilo colonial y llena de colores alegres, hoy cambio radicalmente de estilo para pasar a una vivienda minimalista y japonesa en la que los principales protagonistas son la madera al natural y el cemento.
La casa tiene varias terrazas y un buen recibidor, a continuación un gran pasillo que nos conduce por un lado a una zona de trabajo, el taller o la oficina en casa y por otro lado a lo que es la vivienda en si, sala de tatamis, sala de estar, cocina y comedor y por último el dormitorio y el baño. En nuestro recorrido por ella no podremos ver las zonas más privadas pero si las estancias de uso común de la casa.
Empezamos por el principio y nos fijamos en primer lugar en la entrada de la casa. Me encanta el gran espejo en la pared que tenemos justo de frente, yo tengo un muy parecido en mi habitación, aunque con el marco más oscuro. Un espejo así además de servirnos para ver si vamos estupendamente arreglados cada mañana, también aporta al recibidor una sensación de amplitud y una luminosidad excelentes.
Si ahora hacemos un pequeño giro más allá de la entrada llegamos al pasillo principal. Es un acierto que el módulo que separa el recibidor del pasillo sea suficientemente bajo como para permitir el paso de luz, aunque también bastante alto como para marcar la división de los espacios. Al fondo vemos el taller o la zona de trabajo y a la derecha queda la entrada al dormitorio al que desafortunadamente no vamos a poder pasar.
Pasamos ahora a echar un vistazo a la zona de trabajo mas de cerca, es un espacio muy amplio y luminoso con las mesas al fondo como si se tratase de una oficina. Hoy en día el teletrabajo empieza a tener gran importancia en la vida de muchos y para conciliar la vida familiar con la laboral, trabajar desde casa es muy ventajoso, de ahí la necesidad de tener en el hogar un espacio adecuado para ello.
En esta casa hay algo que no hay en la mayoría de nuestras casas pero sí en muchas viviendas japonesas es una sala de tatamis. El ambiente no puede ser mucho más minimalista, casi no hay nada en la habitación, cierto que resulta muy relajante pero para mi gusto tal vez el vacío es ya un tanto excesivo. Comentar únicamente por si os fijáis que hay varios acabados diferentes en el cemento de la pared porque en algunas zonas se ha levantado papel pintado y se ha dejado el yeso y la cola a la vista.
Justo a continuación de esta sala de tatamis, nos encontramos con la sala de estar y el comedor. Un poco pequeño el espacio para mi gusto, claro que yo no se apreciar bien el valor de la sala de tatamis y por eso probablemente tiraría esa pared para ampliar el salón. De nuevo el minimalismo se ha llevado a extremos prescindiendo del mobiliario casi por completo, han sido el sofá y la mesa grande los únicos muebles que se han considerado imprescindibles.
Y terminamos nuestro recorrido en la cocina que en realidad comparte espacio con los ambientes anteriores de salón y comedor, de ahí que el espacio me parezca pequeño, porque no solo es zona de estar, también de trabajo para preparar la comida y con necesidades obvias de almacenaje. De hecho es en la cocina donde vemos una mayor cantidad de muebles, claro que ahí son realmente necesarios.
Haciendo balance global yo le encuentro su encanto a los materiales y soy la primera en pensar que menos es más, o sea, que cuanto menos bulto más claridad y que es bueno prescindir de adornos superfluos y tal, pero creo que en esta casa con tanto minimalismo un poco ya se han pasado. Una cosa es eliminar lo innecesario y otra eliminar parte de lo necesario también, no voy a pedir más pero un mueble de la tele con un par de estantes en el salón y un zapatero a la entrada, yo diría que le vienen haciendo falta.
Vía | Design Boom
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