Rodeada de un bosque típico de los grandes espacios del norte de Europa, Kod Arkitekter ha diseñado una casa de verano realmente atractiva por todo lo que ofrece. Visualmente, esta casa sorprende por su estilo definitivamente escandinavo con un toque muy minimalista que nos recuerda la sencillez del diseño de interior japonés. El proyecto original fue el de renovar un antiguo cottage de madera en las afueras de Estocolmo.
Sin embargo, los caminos fueron evolucionando hasta llegar a una propuesta innovadora y muy seductora. La casa está compuesta por la estructura original, de unos 65 metros cuadrados, de la cual se desprende la nueva construcción que le da a toda la casa una forma angular. El resultado fue una verdadera fusión de estilos que se complementan tan bien que no parecen estar nunca disociados.
Mientras que el exterior es de un color oscuro intenso, el interior se distingue por su impecable blancura. Paredes y techos monocromáticos combinan con la madera clara de los pisos recordándonos totalmente el estilo escandinavo. Para contrastar con el estilo decorativo interior, los muebles son principalmente oscuros mientras que algunos objetos decorativos aportan unos toques de color muy discretos.
Otra de las particularidades de esta hermosa casa son los grandes ventanales que dejan que toda la luz natural pueda pasar por todos lados. Así mismo, esto permite crear un efecto visual interesante cuando la vemos desde el exterior. En efecto, pareciera que la casa no tiene paredes por lo que podemos ver no solamente en su interior, sino que pareciera claramente translúcida. Una magnífica realización para una casa de campo que se puede disfrutar durante el verano aprovechando de todo su potencial hacia el exterior. En temporada invernal, la experiencia ha de seguir siendo espectacular con una vista hacia el bosque sorprendente.
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